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El Orfeón canta a la ministra

González-Sinde visita de forma oficial la sede de la coral donostiarra - El Gobierno central se compromete a estudiar el proyecto de Miramón

La visita de Ángeles González-Sinde al Orfeón Donostiarra se hizo esperar ayer. La lluvia trastocó ayer la agenda de la ministra de Cultura y su llegada a la sede de la institución cultural vasca, prevista para las siete de la tarde, se retrasó una hora. La cita, de carácter institucional -"ya conocíamos el Orfeón, pero teníamos interés en conocerlo en primera persona, aquí en su sede", explicaron fuentes del ministerio-, incluyó una entrevista con los máximos responsables del centro. Al visitante inesperado, el agua, se sumó otro: varias decenas de personas esperaron a González-Sinde a las puertas de la sede del Orfeón para protestar por su gestión.

El retraso no impidió que la ministra asistiera al ensayo de los jóvenes, a los que les hizo repetir, "ya que he venido hasta aquí cantadme otra canción", comentó y a las pruebas de los mayores. Tras un recorrido por varias salas y el teatro antiguo, González Sinde se reunió con el presidente del Orfeón, José María Echarri, el director, José Antonio Alfaro y con José Antonio Echenique, miembro de la junta directiva de la institución.

Varias decenas de personas protestaron por la gestión ministerial

"En el encuentro nos han explicado en qué consiste el nuevo proyecto del Orfeón en Miramón. Y lo valoramos de forma muy positiva. Vamos a estudiar la evolución del proyecto y una posible participación presupuestaria", aclaró tras la reunión a EL PAÍS Félix Palomero, director del Instituto Nacional de la Artes Escénicas y de la Música. "Estamos muy agradecidos. Han hecho un gran esfuerzo, ayer actuaron en Madrid y hoy [por ayer] se han quedado aquí hasta tarde por la visita", añadió Palomero que explicó que el encuentro entre el ministerio y el Orfeón llevaba tiempo fraguándose.

"¡Ministra de Cultura, ministra de censura!". Varias decenas de personas preparaban desde las seis el recibimiento a González-Sinde, pero no se pudieron desquitar hasta dos horas más tarde. La protesta corría por Twitter bajo las etiquetas de #acampadadonostia, #HeilSSinde (parafraseando el saludo nazi) y #anonymous. La comitiva partió desde el campamento de indignados donostiarra, instalado en el Boluverad, y tras un breve recorrido por la Parte Vieja los silbatos, los gritos y las máscaras de vendetta se instalaron bajo las ventanas de la sede del Orfeón.

Los manifestantes portaban una pancarta en la que se leía, imitando el mensaje de error de un ordenador, "Error 404 democracy not found. Compruebe que su ministra no contiene errores, ni intereses económicos ocultos. Reintentar".

Los concentrados mataron la espera repartiendo octavillas a todo aquel dispuesto a sacar el brazo de debajo del paraguas con sus reivindicaciones y críticas a la Ley Sinde y bromearon sobre el retraso de la ministra, "tiene miedo", "no viene porque estamos aquí". En cuanto hubo el menor rastro de coche oficial los gritos se intensificaron, y tras una barrera de ertzainas los concentrados recibieron a la minsitra con gritos de "Sinde kanpora".

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