"Una energía más limpia no puede ser ahora barata"
La crisis económica ha provocado que muchas voces se levanten pidiendo una especie de moratoria en la lucha contra el cambio climático. El argumento es sencillo: el impacto de medidas de carácter medioambiental podrían tener un efecto negativo sobre la industria en un contexto más que complicado. En Euskadi, por ejemplo, el 44% del consumo energético procede de la industria, un sector que a su vez supone el 28% del PIB de la comunidad. El Instituto Gobernance convocó el pasado viernes un seminario con el que analizar el reto de la lucha contra el cambio climático y las oportunidades de la economía vasca. Eloy Álvarez, director de la Cátedra de Energía de Orkestra, participó en una mesa debate sobre las oportunidades de la economía vasca ante una transición energética en curso.
"Sin la colaboración de algunos países el problema será de difícil solución"
"Las renovables no son suficientes para garantizar de forma segura la demanda"
"Hay que luchar contra el cambio climático con una visión más amplia"
"El transporte está dando pasos positivos con los vehículos eléctricos"
Pregunta. En época de crisis resulta difícil combinar en una misma frase crecimiento y lucha contra el cambio climático.
Respuesta. No podemos postergar la idea de la lucha contra el cambio climático, pero a raíz de la situación económica debemos abordarla desde una visión más amplia. Con frecuencia se señala al sector eléctrico como gran responsable de las emisiones de CO2 y aunque no deja de ser cierto ahora nos encontramos con otros sectores, como el transporte y edificación en los que tenemos una oportunidad para luchar contra el cambio climático.
P. ¿Qué propone?
R. Hay que tener en cuenta que el cambio hacia una nueva estructura industrial no se va a producir de la noche a la mañana, llevará tiempo y continuidad y al mismo tiempo requiere inversiones y requiere una colaboración público privada e identificar los mejores mecanismos económicos para financiar las inversiones necesarias.
P. Más dinero entonces, en época de crisis.
R. Hay que concienciar en primer lugar a la ciudadanía de que una energía más limpia no puede ser en este momento una energía más barata, ese coste adicional se tiene que financiar de alguna forma. Al mismo tiempo, creo que es más inteligente ampliar el abanico de mecanismos actuales de tal forma que la inversión en la lucha contra el cambio climático sea más llevadera para el contribuyente.
P. ¿A qué mecanismos se refiere?
R. Hablo de los derechos de emisiones y del precio del CO2 asignado a cada país europeo y del sistema de promoción e incentivos a las energías renovables. Estos últimos se han dictado en Europa bajo varias modalidades, como la obligación de suministrar una cuota de energía que proceda de fuentes renovables.
P. Hacía referencia a la necesidad de que el sector privado y la administración estrechen relaciones, ¿han hecho hasta la fecha todo lo necesario?
P. Creo que tanto el sector público como el privado se han movilizado y estoy convencido de que la industria energética y la industria consumidora de energías ha asumido el reto de la disminución de emisiones de CO2. Hemos asumido unos compromisos que han llegado a través de Europa y que se han incorporado en nuestra normativa. Pero, insisto, la cuestión fundamental ahora es analizar cuál es la forma más idónea de financiar este proceso.
P. ¿Podría dar algún ejemplo de qué sectores industriales han apostado por la lucha contra el cambio climático?
R. El transporte está dando pasos muy positivos a través del impulso del vehículo eléctrico y de un estudio y análisis del transporte urbano y de mercancías. También se ha apostado por otra vía que es mejorar la eficiencia de lo existente, de los vehículos de combustión interna, por ejemplo. Además, la apuesta por el vehículo eléctrico tiene una ventaja añadida en Euskadi, ya que puede servir de arrastre o de fuerza tractora a otros sectores muy importantes de la industria vasca. Resulta un efecto positivo añadido.
P. ¿Qué otras oportunidades de negocio tiene la industria vasca en la lucha contra el cambio climático?
R. Hay varias áreas que la industria vasca ya está aprovechando. La primera son las renovables y en especial la eólica, hay empresas punteras vascas en este sector, el problema es que el mercado español por su tamaño es muy limitado, por tanto, la internalización resulta fundamental. Pero tenemos que tener en cuenta que estas energías son caras, están subvencionadas y por tanto, estamos ante una situación que debemos considerar como transitoria. Otra área importante son las redes eléctricas y la necesidad de que evolucionen. En primer lugar, porque vamos a necesitar más estructura de red para seguir incorporando renovables, segundo porque las interconexiones de electricidad y gas serán cada vez más importantes y necesarias. En este ámbito el futuro pasa por mejorar esas redes incorporando tecnologías de medición, automatización y por tanto incrementando la flexibilidad de las redes eléctricas.
P. ¿Qué podría hacerse en el sector eléctrico en materia de lucha contra el cambio climático?
R. El camino de la energía eléctrica ya está trazado hasta 2020 por las directivas comunitarias en la paulatina incorporación de energías renovables, en la disminución de las emisiones y en la búsqueda de la eficiencia. En este escenario la generación de electricidad a través de renovables, como puede ser la eólica, no será suficiente para satisfacer la demanda de forma segura y continuada. Aquí entra en juega la generación térmica, necesitamos el gas y éste tiene otras muchas ventajas respecto a otras energías fósiles. De todas formas España está en unos niveles de emisión de CO2 por kilovatio hora muy interesantes, muy bajos.
P. El pasado mes de marzo la eólica fue la primera fuente de generación eléctrica en España, en Euskadi, sin embargo, ese porcentaje sólo alcanzó el 6%.
R. Ver la lucha contra el cambio climático por el simple hecho de que se instalen más aparatos generadores o tengamos más potencia instalada de una energía determinada, me parece un poco reduccionista. La lucha contra el cambio climático y la reducción de emisiones de CO2 es un problema global e internacional de gran magnitud. Sin que países como China, India, Estados Unidos, Brasil o México acometan de forma firme la cuestión de la reducción de emisiones el problema será de difícil solución. No hay que juzgar la situación aquí por el grado de compromiso con los objetivos trazados.
P. ¿Qué papel entonces puede o debe desarrollar un país como España o una comunidad como Euskadi?
R. Con los esfuerzos actuales la Agencia Internacional de la Energía, a través de la previsión de varios escenarios futuros ya ha anunciado que va a resultar altamente improbable que se consigan los objetivos propuestos porque las medidas adicionales que se tomen sólo mitigarán el problema, pero no lo resolverán. La cuestión es que nos enfrentamos a un problema global, de magnitud planetaria, y no existen las contribuciones o soluciones por países o por regiones porque cuando abordamos este problema debemos hacerlo siempre desde una perspectiva europea. Es Europa la que con una sola voz establece criterios, propuestas o se compromete en las cumbres de Copenhague y Cancún y luego los países los que adaptan lo aprobado.
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