Retos de futuro para la capital verde europea
Tras 2012, Vitoria deberá mejorar en reciclaje y uso de energía
En diciembre de 2012, cuando Vitoria apure los últimos días de su título de Capital Verde Europea, después de meses de debates, actos institucionales, presentaciones de ideas innovadoras en torno al medioambiente, quedará mucho por hacer. La capitalidad aportará durante el próximo año visibilidad a proyectos que se trabajan desde hace años en la ciudad, pero nadie quiere que el título de Green Capital sea un fin en sí mismo. ¿Qué es lo que vendrá después de la capitalidad para convertir Vitoria en la urbe medioambientalmente modélica que anhela ser?
Los retos de Vitoria no solo se centran en áreas como la movilidad, el coche eléctrico o el reciclaje. Aunque será la propia ciudadanía la que durante el 2012 especifique los objetivos de futuro, hay algunos puntos claros. Y es que los próximos años serán, con toda probabilidad, los de la optimización energética en la ciudad para evitar la contaminación que generan los abusos de su consumo.
Una de las dudas es cómo superar el estancamiento del reciclaje de residuos
Dentro de varias décadas solo uno de cada diez traslados deberá ser en coche
Uno de ellos es el exceso de luz artificial nocturna, que ha desembocado en la contaminación lumínica, el grifo por el que escapan dinero, salud y buenas condiciones medioambientales. Su plasmación más romántica, la del derecho a ver las estrellas desde las ciudades, ha potenciado en los últimos años normativas en otras comunidades autónomas para atajar el problema. Vitoria también trabaja para reducir la contaminación lumínica, pero queda mucho por hacer.
El reciclaje es otro de los aspectos en los que hay que incidir, apuntan expertos en el área. Lo que se conoce como separación en origen deberá llegar a la mitad de los residuos que se generan en 2016. En la actualidad, Vitoria se encuentra en el 25%. Las tasas de separación selectiva son "buenas", pero están estancadas, indican desde el ayuntamiento. Qué fórmulas se implantarán para seguir aumentando este compromiso ciudadano -que pueden ir desde sanciones hasta campañas para alentar a la población- y cómo promover el reciclaje de residuos orgánicos son dos de los interrogantes a los que los nuevos gestores deberán responder.
Otro es el de la movilidad, ya que la recurrente batalla contra el coche privado no está ganada. El último estudio de movilidad de la ciudad, de 2006, muestra que cerca de la mitad de los desplazamientos se hacía andando. Con los cambios en las dimensiones de la ciudad, el reto es conseguir que por primera vez el uso del vehículo privado se reduzca. El coche se usaba en 2006 en el 36,6% de los casos, y el reto es reducirlo al 25% a corto plazo. Pero para que Vitoria sea neutra en emisiones de carbono, "sin perder su funcionalidad", debería reducir al 10% de los traslados en coche.
"El coche privado es energívoro, sea del tipo que sea", recuerda gráficamente Andrés Alonso, jefe de Planificación Ambiental del ayuntamiento. Alonso explica que la llegada de este coche no debe suponer el aumento del uso del vehículo privado, porque, aunque contamina menos que el convencional, el eléctrico también lo hace. ¿La solución? La bicicleta y el transporte público. A todos estos objetivos se sumarán otros, como la creación de más huertos ecológicos, la erradicación de las bolsas de plástico o la reducción del consumo de agua.
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