Piernas contra ojos
Nadal, el tenista más resistente, y Federer, el que ve antes las jugadas, se retan de nuevo en París
"Y al final, aceleró un paso más la elegancia". Andrés Gómez, campeón de Roland Garros en 1990, acude a una metáfora para intentar explicar los veloces intercambios y la transformación que presenciaron el viernes sus azules ojos. El suizo Roger Federer se enfrenta hoy (15.00, TVE-1 y Digital+), si la lluvia no lo impide, a Rafael Nadal, el pentacampeón en París y defensor del título, en la final de Roland Garros.
Antes, en semifinales, Federer dejó atrás al serbio Novak Djokovic, el tenista invencible, condenado, según observaron los excampeones consultados, por aceptar que el partido fuera un pulso basado en la aceleración de la pelota, el tacto y la muñeca, antes que una agonía de largos peloteos. Nadal, concluyeron sus mayores, no hará eso. Propondrá un encuentro lento, de larga digestión. El título se decidirá en la lucha por controlar el cronómetro.
El suizo solo ha vencido en dos de sus trece enfrentamientos sobre tierra
En la final de 2008 el mallorquín solo cedió cuatro juegos y arrasó 6-1, 6-3 y 6-0
El español ha jugado seis de las últimas siete finales y ha ganado cinco
Federer es el rey de los planteamientos rápidos. Nadal, el de los puntos madurados
"Nadie puede ganar a Federer a jugar rápido, porque tiene una lectura de bola espectacular", argumenta Sergi Bruguera, doble excampeón de Roland Garros (1993 y 1994) y exnúmero tres del mundo. "Ve las pelotas antes que nadie", cierra el español camino de la pista de prácticas. "Y además", coincide el estadounidense John Big Mac McEnroe, antiguo número uno, mientras acude en persona a encordar sus raquetas; "la situación ha mejorado para Federer con estas bolas nuevas. Vuelan más rápido y eso le ayuda. Tiene una oportunidad. Seguro que sueña con ganar a Nadal en Roland Garros. Tiene un plan y juega increíble", añade. "Luego, hay que tener en cuenta que se está moviendo en tierra mejor de lo que nunca le vi moverse. Impresiona", se hace eco Gómez, asombrado por cómo anda de afilado el revés del suizo, su flanco débil en los últimos tiempos; por cómo están prestas las piernas para someterse a unos esfuerzos que hace poco no aceptaba la cabeza; y por cómo está dispuesto el genio a mezclar los tiros de leyenda con los trabajos de cualquier hombre, mezclando agresividad y paciencia.
Nadal, sin embargo, es el claro favorito. El español ha jugado seis de las últimas siete finales en París. El suizo, cinco. La marca les sitúa como los mejores especialistas en tierra batida del último lustro.
Los dos se han aupado hasta esa condición desde caminos opuestos. Federer desarbola a los rivales con tiros inmediatos y decisivos: cuatro de sus seis partidos en París han durado menos de dos horas. Nadal los consume en un intenso y diabólico baile: solo un encuentro suyo bajó de los 120 minutos, y el escocés Andy Murray se marchó sin un set que llevarse a la boca tras 3 horas y 17 minutos de tortura. Federer es el rey de los planteamientos rápidos. Nadal, el de los puntos madurados.
"Roger", acaba por decir el número uno, que necesita ganar el título para mantener el puesto; "tiene un juego que te puede desbordar en cualquier momento". "Tiene un servicio espectacular, se te mete en la pista, te puede tirar golpes ganadores de cualquier lado...", prosigue el campeón, que busca igualar el récord de los seis títulos del sueco Björn Borg.
"En lo único que puedo pensar es en aplicar mi juego a rajatabla y durante todo el tiempo que sea necesario. Tengo que hacerle sentir que no puede golpear la pelota con comodidad. Ese es mi objetivo", añade el mallorquín, que tras vencer a Murray fue aún más claro. "Si saco más fuerte, consigo algunos puntos rápidos, pero también me devuelven la pelota más rápida, y eso crea un pelín de descontrol en mi juego. He tenido que ralentizar un poco mi tenis".
Entonces, ¿por qué es el favorito? Está su derecha cruzada alta, que martillea una y otra vez el revés a una mano del contrario. Está su físico de maratoniano, capacitado para obligar una y otra vez al rival a un nuevo esfuerzo. Está todo eso y algo más. Nadal, que solo le cedió cuatro juegos al suizo la última vez que se enfrentaron en la final de París (6-1, 6-3 y 6-0 en 2008, un escándalo), hurga en las dudas del número tres desde los resultados previos. Federer ha perdido contra él cuatro veces en Roland Garros. Federer juega para demostrar que puede conquistar París con Nadal enfrente, no como en 2009 ("Es la final que deseaba", dijo). Y Federer no se ha llevado más que 3 de los 15 sets que han disputado y solo le ha ganado al español dos veces en 13 cruces sobre tierra.
Como dijo Segi Bruguera: "El trasfondo mental juega muy a favor de Rafa, además de que su juego le va muy mal a Federer. Esa es una losa en el ánimo que Rafa se ha ganado a pulso con años y partidos".
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