Controladores ante el juez

Lenta pero inexorable, la justicia ha continuado trabajando para pedir algún día cuentas a esos controladores aéreos que en diciembre pasado se ganaron la antipatía ciudadana por un plante en pleno puente de la Constitución que afectó a 600.000 viajeros. Este miércoles, un juez de Madrid ha avisado a 16 controladores de que entre el 18 y el 21 de julio tendrán que acudir en calidad de imputados. No son los primeros. En Mallorca, otro juez ha llamado a capítulo a otros tantos funcionarios del aeropuerto para exigirles responsabilidades por lo ocurrido, que, si recuerdan, motivó el cierre del espacio aéreo y la militarización del servicio en el primer estado de alarma que se decreta en España en democracia.

La militarización logró la normalización del tráfico aéreo y un laudo del exministro de Trabajo Manuel Pimentel consiguió la paz social con un nuevo convenio que reducía los privilegios de los que gozaban estos funcionarios, los controladores mejor pagados de Europa.

Enfriados los ánimos, AENA no ha tomado aún represalias masivas contra los amotinados, pero sobre ellos pesa la amenaza de la Fiscalía de Madrid, que les abrió una investigación por posible delito de sedición, y sigue su curso la demanda judicial de un colectivo de afectados, que es la que ha motivado el reciente anuncio del juez de llamar a 16 de los presuntos culpables, entre ellos el presidente del sindicato USCA Camilo Cela. Este pleito puede terminar con el pago por parte de los controladores de indemnizaciones. Los demandantes piden 10.000 euros por afectado, lo que suma un total de 80 millones de euros.

Puede parecer mucho dinero, pero todo es relativo. Si finalmente son muchos los encausados (AENA abrió 430 expedientes en su día), el reparto será menos gravoso para unos funcionarios que han percibido una media de 334.000 euros mensuales y que con el nuevo convenio seguirán cobrando como los mejores ejecutivos y disfrutando de jubilaciones de 70.000. Inexorable y lenta, la justicia a veces equilibra un poco la balanza; solo un poco, porque los controladores de nuevo cuño ni cobrarán tanto ni serán funcionarios.