Experimentar el cine tras las rejas de la cárcel
Pasado y presente del audiovisual, en una muestra en la vieja prisión coruñesa
Y a falta de mimbres, ingenio y talento. La segunda edición de la muestra internacional de cinema periférico S8 hace todo un alarde de esta máxima. Hasta mañana por la noche, la amplia y creativa programación de esta cita que invade las celdas, patios y corredores de la vieja cárcel de A Coruña, muy cerca de la Torre de Hércules, ofrece una evasión sin par por el pasado, presente y futuro de la creación audiovisual. En todos sus formatos. Desde las viejas bobinas de Súper 8 a los videoclips, pasando por el contemporáneo 3D.
Las proyecciones de películas, aderezadas de conferencias, talleres para niños y jornadas paralelas para profesionales, se suceden de la mañana a la noche tras las rejas de una antigua prisión que aspira a convertirse en centro cultural de referencia. Con muchos menos medios y dinero que en su primera edición, los organizadores del evento, bajo la batuta de Ángel Rueda y patrocinado por el Ayuntamiento de A Coruña, lograron superar la precariedad con un programa que incluye inéditos en España como el espectáculo de "cine performativo" que con cuatro proyectores desplegó anoche en el patio de la vieja cárcel el cineasta Guy Sherwin. O la proyección el pasado miércoles de la versión íntegra de la legendaria Metropolis de Fritz Lang, con acompañamiento musical en directo la Filarmónica Ciudad de Pontevedra.
"La idea es seguir reivindicando contenidos y formatos del cine experimental y vanguardias de la periferia, con toda la frescura", resalta Rueda. Está agradecido por la respuesta del público procedente de toda España. Y se ha establecido una colaboración con pretensiones de continuar más allà de la muestra con la Casa Encendida de Madrid, que permitirá "dar visibilidad fuera de Galicia a los creadores" gallegos. Este año, hay una mirada especial hacia el trabajo novedoso y experimental de cineastas gallegas como María Ruido, Peque Varela o Xisela Franco.
Hace frío entre las paredes desconchadas de la vieja prisión. Y los organizadores de la muestra quisieron para esta segunda edición un ambiente más desangelado que el del año pasado, con el ánimo de también reivindicar el pasado carcelario del lugar. El recuerdo de los antiguos inquilinos de esas celdas está omnipresente. Dos vídeoinstalaciones de los fotógrafos Vari Caramés y Amador Lorenzo muestran con extrema delicadeza imágenes captadas tras el cierre de la antigua cárcel, en las que aparecen los objetos personales abandonados por los últimos presos.
En la programación de esta tarde destaca el ciclo de películas españolas y portuguesas realizadas hace 110 años con una entonces novedosa técnica que permitía proyectar 18 fotogramas por segundo. En clave más actual, pero con viejas bobinas de Súper 8, se explayará por la noche el Dúo Cobra con un espectáculo musical y audiovisual creado especialmente para esta ocasión. La clausura, el domingo por la noche, correrá a cargo de Zoe Beloff y sus proyecciones en 3D analógico.
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