"La gente de esta profesión nos calentamos muy rápido"
Àlex Rigola desaparca la Harley Davidson. Aquel joven de 33 años que desembarcó -a lomos de su motocicleta- para sorpresa de muchos en el Teatre Lliure como director hace ocho años se marcha. Lo hace con la sensación de haber llevado a cabo una transformación necesaria del colectivo. Su siguiente parada es Girona: hoy se anuncia su próxima incorporación como director residente al centro de artes escénicas de El Canal, donde dirigirá dos espectáculos. En el Grec hará Tragèdia, el montaje que aborda con más ilusión después de 2666.
Empecemos por el final: esta noche estrena en el Lliure de Montjuïc (hasta el domingo) The end, con el que cierra temporada -la mejor de las suyas: 77.290 espectadores, el 75,4% de ocupación, 1.078.000 euros de recaudación (cifras aún provisionales)- y etapa. Se trata de un espectáculo autorrefencial desde el título del que es autor y director y en el que aparece ¡como personaje! (encarnado por Marc Rodríguez). "Es un montaje que no tendría sentido si no me fuera. Es una despedida sobre el escenario, una especie de fiesta de fin de curso pero de profesionales del teatro. Se plantea como un espagueti western con metateatro. Un grupo de mafiosos espera un cargamento de droga y el capo (John Races, Joan Carreras, claro) aprovecha para explicar su relación con el teatro: mala porque un actor se intentó ligar a su chica. Así que él saca la bilis". Rigola recalca que se trata de un divertimento para hablar del mundo del teatro. Dice que sin voluntad de herir a nadie, pero luego añade que suelta algunas verdades. "Me dejo ir", advierte. "En general, la gente del teatro nos calentamos rápido y nos decimos de todo, tiene que ver con la profesión, que es muy pasional y produce mucho estrés. Hablo de eso en The end. Luego también se te pasa pronto".
Esta noche estrena 'The end', su despedida al frente del colectivo
En los últimos tiempos ha hecho evidente Rigola un posicionamiento político. "En realidad, lo que he hecho es alabar públicamente la labor de una persona, Jordi Martí, sus cuatro años al frente de la cultura municipal han sido excelentes. Su compromiso con las artes escénicas ha permitido dar un gran paso adelante. Sin él no se habría reabierto el Lliure de Gràcia. Así que salgo y lo digo. Y Hereu me gusta y siempre he votado a la izquierda. Que lo diga ahora nadie me lo puede reprochar como oportunismo, precisamente". ¿Cree que el pleno al quince de CiU en Generalitat, Ayuntamiento y Diputación de Barcelona puede perjudicar al Lliure, siempre tan socialista? "En el patronato del Lliure están esas Administraciones y cuanto más colores políticos, obviamente mejor, no solo para el Lliure. Pero al final lo importante son las personas. Ellas hacen que las cosas sean positivas o no".
Rigola hace balance de sus ocho años. Dice que ha sido muy feliz en esa aventura vital y profesional, aunque empezó con una presión muy grande. "Veníamos de una compañía con mucha potencia y un bagaje impresionante, un referente no solo catalán, sino estatal. Me preocupaba estar a la altura, dejar el Lliure al mismo nivel. Era imposible igualar lo que hicieron Fabià Puigserver, Pasqual, todos en esa época. Pero hemos mantenido la idea original de una compañía con diferentes directores a través de los artistas residentes, gente con estilo propio que han desarrollado parte de su carrera aquí. Gelabert, Santos, Albertí, Carlota Subirós, yo mismo. Cuantas más manos toquen un piano, mejor".
¿Qué ha aportado? "Internacionalización, hemos traído el mejor teatro del mundo y verlo ha subido el listón del público y de nuestros creadores. Hemos hecho de esta casa una casa de cultura, algo más cerca de la literatura y en la que además podías encontrar un libro y una exposición. Y sobre todo, hemos conseguido realizar la transición de una compañía con gran personalidad artística a un verdadero teatro público". Rigola reflexiona: "El teatro no ha de mirar al pasado, sino al presente".
Como momentos especiales de su etapa cita 2666 y la reapertura del Lliure de Gràcia.
¿Qué tal deja de salud al Lliure? "Creo que su salud es muy buena. Lo sería más si no fuera por los recortes últimos, ese 15,6%, preocupante para todos".
¿Será más libre -y valga la paradoja- al marcharse del Lliure? "Dirigir el Lliure tiene sus ventajas pero también sus cadenas. Sin duda lo seré".
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