Conciencia y ética
Creo que el sistema democrático es lo mejor que hemos conseguido los ciudadanos españoles después de la mordaza. También creo que una democracia real no se concreta cada cuatro años. Creo que hay fechas en la historia que serán referencia, aunque hoy no se perciban como un hito. Creo que los partidos democráticos son los únicos legítimos para representarnos, aunque esa representación esté viciada por injusta en las proporciones y cuesten más unos votos que otros. Creo además que los que hoy hablan por nosotros en el Parlamento están miopes si no ven que el futuro estaba escrito ya en mayo del 68, cuando la imaginación reivindicó el poder, o en enero del 77 en Atocha, o en febrero del 81 en todas las ciudades españolas, o cuando el no a la guerra (por poner algunas referencias más cercanas y todas espontáneas). Y que están miopes si no ven que los movimientos ciudadanos son mareas que se legitiman aunque no los contemplen sus agendas o no lo hayan previsto los mercados.
Los indignados, creo, somos la voz de una conciencia ética, y estos días quizás estemos escribiendo renglones de la historia.
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