El PP vuelve a ganar en Álava, pero sin garantía de gobernar
Agirre pierde casi 7.000 votos y precisaría de Bildu para mantenerse
El PP se impuso ayer en Álava, por cuarta vez consecutiva, como partido más votado y con más escaños (15) en las elecciones forales, casi tres puntos y más de 3.000 votos por encima del PNV y diez sobre los socialistas, que quedaron desplazados a una humillante cuarta posición. El PSE-EE resultó aventajado incluso por Bildu, que dio la gran sorpresa en el territorio menos nacionalista, en contraste con la caída de los socialistas, que se quedaron con 9 escaños de los 14 que tenían.
El batacazo socialista y esa relegada posición son inéditos y de tal dimensión que harán muy complicado el regreso al Gobierno de la Diputación alavesa del PP. Entre los dos partidos no suman la mayoría de 26 escaños en que está fijada la mayoría absoluta. El vencedor de las elecciones, Javier de Andrés, podría, sobre el papel, salir elegido diputado general por mayoría simple en segunda vuelta. Pero el territorio ha vuelto a mostrar una cara de mayoría nacionalista gracias al avance de la izquierda abertzale en su formulación coaligada con EA y Alternativa: Bildu ha doblado casi los resultados que en 2007 obtuvieron ANV (4 escaños) y EA (2) y se coloca en esos 11 que le convierten en tercera fuerza y le permiten tratar de tú a tú al PNV, que al 97,8% del voto escrutado conservaba sus 14 puestos.
El pacto PSE-PP que propició el cambio queda seriamente tocado
EB, con dos escaños, se situá cono árbitro de las sumas posibles
Bildu da la sorpresa en Álava y dobla los escaños de ANV y EA
El hundimiento del PSE priva al PP de la suma precisa para gobernar
Pese a la pujanza de los radicales, EB logra permanecer en las Juntas alavesas con dos representantes, los mismos que sumó en coalición con Aralar en 2007, aunque sus 10.000 votos hayan bajado a 6.000 votos.
Las sumas posibles para el gobierno en mayoría de la diputación alavesa son la del PP con el PNV o la de este partido con Bildu y EB. La coalición abertzale ya mostró en campaña su disposición a impedir que la alianza constitucionalista se hiciera con el gobierno foral. Ni siquiera hará falta, porque ha quedado neutralizada por sí misma, pero Bildu queda en una posición envidiable para negociar con el PNV, a solo dos escaños y menos de dos puntos de ese partido. O para, simplemente, facilitar a Xabier Agirre la investidura y mantener luego una política de oposición.
La diferencia de solo 700 votos que separaron a los tres primeros partidos en 2007 se ensanchó ayer considerablemente, convertida en miles de votos entre cada uno de ellos y el siguiente. el PP sacó 3.500 votos al PNV, mientras la diferencia entre este y Bildu fue de 4.000y la coalición abertzale aventajó a los socialistas en otros 10.000. Sin embargo, el reparto de esca ños no se corresponde linealmente con ese resultado en votos absolutos, por el peso de las circunscripciones de la provincia, controladas por el PNV.
Con el precedente del pacto del PP en apoyo del PSE para arrebatar el gobierno vasco al PNV, este partido puede ahora justificar perfectamente obrar del mismo modo, y saltarse al partido más votado, para conservar Álava. Las Juntas Generales alavesas quedaron configuradas con cinco partidos, simplificando así una representación que ha estado en el último mandato compuesta por siete formaciones. La que ha desaparecido es Aralar, ya que EA y ANV están dentro de Bildu.
Es así factible que el PP, que gobernó Álava entre 1999 y 2007 con el apoyo socialista, y jugó un papel de cortafuegos institucional a los planes soberanistas de Ibarretxe, vea frustrada su principal aspiración: entrar, a través de Álava, en el club de los partidos de gobierno del entramado institucional de la comunidad autónoma en términos ejecutivos y de gestión.
Es la segunda vez que Javier de Andrés se alza con la victoria sobre los candidatos del PSE-EE, Txarli Prieto, y del PNV y actual diputado general, Xabier Agirre. A Prieto le ha pasado una dolorosa factura su politica de estos cuatro años. Tampoco Agirre se ha aupado en una gran rentabilidad de su posición de gobierno, ni tampoco de su alianza, única en Euskadi, con la escisión de EA, Hamaikabat, pero ha mantenido sus escaños y saltado a la segunda plaza, aunque haya perdido 7.000 votos.
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