Trias reivindica su experiencia para ser "el alcalde de todos"
La cúpula de CiU apoya a su 'número uno' en Barcelona en el mitin final
Xavier Trias cerró ayer su tercera campaña electoral como candidato de Convergència i Unió a la alcaldía de Barcelona sintiéndose favorito para ganar los comicios. Ceñido a su papel de protagonista, Trias quiso voltear las numerosas críticas que le han dedicado el resto de partidos, especialmente el Partit dels Socialistes (PSC). Criticado veladamente por su edad (64 años), por sus pactos del pasado con el Partido Popular de José María Aznar y por la amenaza de recortes sociales en el Ayuntamiento (similares a los que ha iniciado Artur Mas), Trias se reivindicó haciendo valer su trayectoria política.
"He hecho un largo camino", empezó el nacionalista, quien recordó su carrera como médico y sus inicios como sindicalista en el hospital Vall d'Hebron. Buscó contrarrestar los ataques del PSC repasando sus propuestas frente a la estrategia de los rivales. "Han intentado buscarme las cosquillas, me han dicho de todo". Ciertamente, todo apunta a que la campaña del PSC ha surtido efecto, a tenor de los sondeos, en los que Trias, pese a mantenerse en cabeza, ha ido perdiendo fuerza. Contraatacó a los augurios de nuevos recortes reprochando el derroche de la izquierda y se alejó de un pacto con el PP reiterando, por enésima vez, que su deseo es "gobernar solo". Trias acabó apelando al voto útil para su formación, prometiendo ser "el alcalde de todos" y gobernar "sin sectarismo". "Tenemos dos opciones muy claras. O el continuismo negativo o un cambio regenerador".
La campaña ha desaparecido eclipsada por un elemento que la realidad no esperaba
El candidato estuvo arropado por la cúpula de CiU y del Gobierno catalán, con el presidente Artur Mas al frente. El más duro en el mitin fue el líder de Unió, Josep Antoni Duran. "Si tu no vas, ellos se quedan", proclamó el democristiano, parafraseando el lema con el que el PSC arrasó en las generales de 2008. Duran recurrió al tópico para denunciar la poca aportación de otras comunidades de España frente a la excesiva "solidaridad" catalana. "No se puede permitir que con nuestra solidaridad se paguen subsidios para que la gente se quede en el bar de la plaza sin trabajar".
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