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Muere un preso afgano en Guantánamo en un nuevo presunto caso de suicidio

Ocho reclusos han fallecido en el penal militar desde su creación en 2002

Yolanda Monge

El número de presos fallecidos en Guantánamo desde su creación en 2002 ya se eleva a ocho, con el presunto suicidio el pasado miércoles por la mañana de un afgano de 37 años que se encontraba en el centro de detención desde 2007 y se consideraba uno de los últimos reclusos en ingresar en la prisión.

De esas ocho muertes, cinco han sido suicidios confirmados -el fallecimiento del miércoles está sin aclarar y el Departamento de Defensa no ha ofrecido hasta ahora más detalles- y dos muertes por causas naturales. Si finalmente se demuestra que el afgano -identificado solo como Inayatulá- se quitó la vida, será el segundo caso en el polémico centro durante el mandato de Barack Obama.

Los documentos de Wikileaks probaron los trastornos mentales de los reos

El primer suicidio ocurrió en junio de 2009, cuando se suponía que la cárcel se cerraría en un plazo de un año. El del pasado miércoles tiene lugar cuando Guantánamo parece un jeroglífico imposible de resolver en el que están atrapadas más de 170 personas.

"Se está realizando una investigación para determinar las circunstancias exactas de lo sucedido", aseguró una portavoz del Servicio Naval de Investigación Criminal (NCIS, siglas en inglés), agencia que se encargará de hacer la autopsia al fallecido y preparará el cadáver para su repatriación a Afganistán.

Según las autoridades de la base naval en Cuba, los guardias que realizaban su ronda de inspección "hallaron al detenido sin respiración e inconsciente". Al preso se le practicaron maniobras de reanimación cardiaca, pero finalmente un médico certificó su muerte en el patio de recreo en el que se encontraba.

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Los primeros tres suicidios en Guantánamo ocurrieron en junio de 2006. Según informó entonces el Pentágono, se trató de un pacto entre los presos para acabar a la vez con sus vidas. Los militares de la prisión consideraron los tres casos como "un acto de guerra asimétrica librada" contra ellos por los yihadistas que buscaban el martirio.

Para las organizaciones de derechos humanos, los suicidios eran simplemente un acto de desesperación de unos hombres con poca o ninguna esperanza de un juicio justo o de liberación.

A pesar de que los intentos de quitarse la vida no eran algo nuevo en el penal, la muerte de los tres presos en 2006 supuso un punto de inflexión que llegó justo tras un intenso periodo de protestas masivas y disturbios en la cárcel, incluido un intento fallido de suicidio colectivo en mayo de ese mismo año.

El cuarto preso que se quitó la vida lo hizo en mayo de 2007, en tiempos de la Administración de George W. Bush, que inventó Guantánamo. Ya durante el mandato de Obama, una quinta persona se suicidaba en junio de 2009.

Documentos secretos revelados por este periódico a través de Wikileaks han probado la gravedad de los trastornos mentales que sufren algunos de los detenidos en el penal y los intentos de suicidio de docenas de reclusos. El caso más espeluznante es el de Mohamed Abdelatif, que ha intentado acabar con su vida en 12 ocasiones, la última vez en 2005, cuando se cortó el cuello.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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