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Violencia en la frontera sur de México

El cartel de la droga más sanguinario se adueña del norte de Guatemala

Los sicarios mexicanos de los Zetas asesinan y decapitan a 27 campesinos

Hoy por hoy, la peor plaga, la más dañina, la más difícil de combatir por su ausencia de escrúpulos y por su crueldad sin límites lleva por nombre la última letra del abecedario. Los Zetas, el cartel de los Zetas, una organización criminal mexicana surgida de la escisión del cartel del Golfo, para quienes actuaban como sicarios, ha atravesado la frontera sur de México y se está adueñando del norte de Guatemala. Su sello inconfundible, el de la violencia más extrema, fue estampado el domingo en una finca de la región de Petén, donde los sicarios mexicanos asesinaron a 27 campesinos frente a la casa del patrón, poniéndolos en fila, disparándoles primero, decapitándolos después, dejando viva a una mujer. Seguramente no por compasión, sino para que diera fe pública de su infinita capacidad de matar.

Viajaron hacinados, seis personas por metro cuadrado, 1.700 kilómetros
Proceden de siete países, sobre todo de Guatemala, El Salvador y Ecuador
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Ayer, el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, anunció cabizbajo la detención del presunto responsable de la matanza. Un tipo llamado Hugo Álvaro Gómez Vásquez, más conocido por su alias de Comandante Bruja, integrante de una facción de los Zetas, denominada Zeta 200, que había acampado en una finca llamada La Mula, muy cercana a la de Los Cocos, donde se perpetró la matanza. En el campamento se encontraron 28 fusiles de alto poder, vehículos todoterreno y uniformes militares. Esto último no es casualidad. El cartel de los Zetas fue fundado por militares de élite del Ejército mexicano que desertaron y se dedicaron a la delincuencia. Aunque al principio fungieron como brazo armado del cartel del Golfo, a principios de 2010 se separaron y empezaron a actuar por su cuenta. Según las autoridades, los ingresos de los Zetas ya no dependen en exclusiva del tráfico de drogas, sino de cualquier tipo de actividad ilegal: secuestro, piratería, extorsión a comerciantes, prostitución...

Los Zetas tienen presencia en toda la costa atlántica de México, desde el norteño Estado de Tamaulipas, donde en la actualidad sostienen una durísima contienda con el cartel del Golfo y con el Ejército mexicano, hasta los Estados sureños, donde se han especializado en la extorsión a migrantes, para lo que cuentan con la valiosa colaboración de policías corruptos. De un tiempo a esta parte, tanto las autoridades guatemaltecas como las agencias antidroga norteamericanas vienen alertando de la cada vez más frecuente presencia del cartel en la zona fronteriza entre México y Guatemala.

Según un minucioso despacho elaborado por diplomáticos norteamericanos sobre el terreno, la actividad del cartel en la zona de Playa Grande es ya notable: "Las comunidades locales están siendo pagadas por los narcotraficantes e impiden el acceso a los policías y militares (...) Pequeñas aeronaves de uno o dos motores vuelan regularmente a Guatemala, principalmente desde Venezuela, llevando más de 1.200 kilos de cocaína. Los narcotraficantes aterrizan en pistas clandestinas y descargan en aproximadamente siete minutos. Camiones ya situados en la pista de aterrizaje transportan la droga directamente a México y a EE UU. El ratio de éxito es casi del 100% cuando aterrizan de noche".

Según las autoridades guatemaltecas, cuando los Zetas no consiguen doblegar la voluntad de los campesinos locales por las buenas lo hacen por las malas. Eso fue al parecer lo que ocurrió el domingo en la finca Los Cocos. Llegaron en busca del patrón, a quien ya venían extorsionando. Al no encontrarlo, decidieron dejarle un mensaje: 27 campesinos muertos. Los jornaleros habían acudido a la casa del dueño de la finca para cobrar el salario de la semana.

Ante el empeoramiento de la situación, el presidente Álvaro Colom estableció el lunes el estado de sitio en la zona de la matanza. Un estado de sitio que, de facto, ya funciona en el norte de México. Sin resultados, por el momento.

Hugo Álvaro Gómez Vásquez, alias Comandante Bruja, supuesto jefe guatemalteco de la banda criminal mexicana de los Zetas, trasladado ayer a Ciudad de Guatemala, como supuesto responsable de la matanza de 27 campesinos en Guatemala.
Hugo Álvaro Gómez Vásquez, alias Comandante Bruja, supuesto jefe guatemalteco de la banda criminal mexicana de los Zetas, trasladado ayer a Ciudad de Guatemala, como supuesto responsable de la matanza de 27 campesinos en Guatemala.EFE/ SANDRA SEBASTIÁN

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