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Columna
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Brotes tintos

¿Sirven las campañas electorales para algo? Una reciente encuesta entre los lectores de este diario arrojaba que sólo un 7% decidía su voto en las semanas previas a la cita con las urnas. Una consulta similar realizada por otro periódico situaba el segmento de indecisos en el 9%, mientras que un 82% aseguraba que no acudiría a ningún mitin.

Que la política ha perdido el atractivo de otros tiempos parece evidente y a los candidatos les cuesta Dios y ayuda -en forma de contratación de espectáculos diversos- abarrotar los recintos de mayor aforo. Incluso el hombre de moda en estos comicios, Mariano Rajoy, a pesar de su fiel hinchada, fue incapaz de llenar el pasado sábado la plaza de toros de Zaragoza.

El Gobierno de Lakua acaba de publicar su Anuario de la opinión pública vasca 2010. Alguno de los datos recogidos en el mismo resultan esclarecedores. El 90% de la población nunca ha pertenecido a una formación política y únicamente el 18% se fía de ellas. Según dicho estudio, los principales sentimientos que provocan la política son por este orden, desconfianza, aburrimiento, indiferencia e irritación. A un exiguo 20% dicha palabra le sugiere interés. Este escepticismo no impide que un 61% de los vascos siga confiando en sus ayuntamientos, muy por encima de la media española, que se sitúa en un rácano 39%.

Ante semejante panorama, a uno le asombra que en las imágenes de televisión que facilitan los propios partidos siempre aparezca una riada de personas acompañando al candidato de turno. ¿Se tratará siempre del mismo público? ¿Existirán agencias especializadas en facilitar figurantes para estos actos?

Si no es así, ahí va una idea. Me he fijado en que, en los mítines, detrás del orador es habitual la presencia de un grupo de espectadores cuya composición es una oda a la corrección política. Fíjense. Suele haber un equilibrio entre hombres y mujeres, y entre jóvenes y veteranos. No falta un representante de alguna minoría étnica. También es frecuente, en aras a la integración, incluir a alguien con alguna discapacidad. Creo que un equipo de gente que cumpliera estas características podría ofrecer sus servicios de cla a los partidos con ciertas garantías de ser contratados.

Por lo demás, la existencia de casi 5 millones de parados y la mala situación económica se reflejan en una campaña triste y salpicada por las protestas del movimiento Democracia Real Ya. Menos mal que este fin de semana hemos leído algunas noticias que nos alegraron el poteo dominical. Así, hemos sabido que el grupo BBK ha obtenido en este primer trimestre un 2,6% más de beneficio que en el del pasado año. Que las ganancias de Repsol han subido un 11%. Y el mejor dato de todos: las exportaciones españolas de vino se han incrementado en un 26%. ¿Estaremos asistiendo, por fin, al nacimiento de los ansiados brotes verdes (bueno, tintos en este caso)? Se lo preguntaremos a Zapatero.

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