Luz en las tinieblas del Congo

En Lubumbashi, la segunda ciudad de la República Democrática del Congo, con cerca de un millón y medio de habitantes, el fotógrafo Samy Baloji dirige un centro cultural con muchas ganas y escasos medios. En los meses que el cantante Gari -Iñaki Garitaonaindia, el ex vocalista del grupo Hertzainak- pasó en 2009 en ese país colaborando en una escuela de formación profesional conoció el centro y sus carencias, y entró en contacto con los artistas congoleños.

A su regreso a Euskadi decidió hacer algo por ellos; el camino que eligió fue la música. Gari echó mano de amigos y compañeros de profesión para organizar un concierto solidario cuya recaudación se destine a la compra de un equipo de sonido e instrumentos musicales para el centro cultural de Lubumbashi.

Ruper Ordorika, El Drogas, Jon Maia y El Mentón de Fogarty se han sumado al acto

El recital solidario se celebrará en la Sala BBK de Bilbao el próximo jueves

El próximo jueves, se celebrará en la Sala BBK de Bilbao el concierto Karibu Jaia ("karibu" significa "bienvenido" en swahili). Las llamadas de Gari han conseguido que se sumen al proyecto solidario Ruper Ordorika, El Mentón de Fogarty, We Are Standard, Enrique Villarreal, El Drogas; Eñaut Elorrieta, cantante de Ken Zazpi, y Mariano, el líder de Distrito 14, entre otros intérpretes.

El bertsolari Jon Maia y el humor de Yogurinha Borova aglutinarán el espectáculo, que mezclará el pop, el rock, los tambores africanos y la performance. "En una fiesta funcionan los elementos contrapuestos. Habrá mucha mezcla y complicidad entre todos nosotros", anuncia Gari.

El artista ha contado para la organización con el apoyo de Xabier Zabalo, un jesuita que ha pasado 40 años de su vida en la República del Congo. Zabalo conoce de primera mano el poso que han dejado en ese país el esclavismo, el expolio colonial, la dictadura de Mobutu Sese Seko y, en los últimos años, las invasiones de Ruanda. De los congoleños ha aprendido a "aceptar las dificultades".

Tanto sufrimiento no ha anulado su sentido de la música y el ritmo. "Todo se canta y se baila, las fiestas y los funerales", recuerda Zabalo. "Un centro cultural en un país en el que las cosas van mal es una lucecita en medio de la oscuridad. Es hacer que algo funcione en un lugar que acumula siglos de explotación y pobreza", añade. "El equipo y los instrumentos abren nuevas posibilidades para los jóvenes con más talento". El centro que dirige Samy Baloji supone una excepción entre las iniciativas de cooperación. "Dejamos la gestión en manos de los artistas locales", explica Gari. "Contar con más medios permitirá aglutinar fuerzas y ayudar a los músicos a avanzar", abunda.

La entrada costará 20 euros. Gari calcula que la recaudación será suficiente para cubrir el presupuesto de las compras, entre 7.000 y 9.000 euros. Enviar el equipo y los instrumentos a Lubumbashi cuesta otro tanto, cantidad que pondrá la Fundación BBK.