Masiva protesta contra los recortes en Cataluña
Unas 45.000 personas exigen fondos para sanidad
Barcelona vivió ayer una gran movilización contra el tijeretazo en sanidad y educación anunciado por el Gobierno de Artur Mas (CiU). Los sindicatos consiguieron colocar el mensaje de que serán vigilantes ante los recortes pospuestos hasta después de las elecciones aunque el conjunto de entidades convocantes, unas 200, no lograron una gran exhibición de fuerza.
Bajo el lema Basta de recortes, nuestros derechos no se tocan, unas 45.000 personas, según cálculos de este diario, marcharon por el corazón de Barcelona. La Guardia Urbana y los Mossos cifraron el seguimiento en 30.000 personas y los organizadores en 200.000.
Unas 22.000 personas ya colapsaron el centro de Barcelona el pasado 14 de abril, en esa ocasión sin apenas tiempo de preparativos por parte de los sindicatos. El éxito de esa convocatoria obligó a Artur Mas a aplazar los recortes para después de las elecciones, temeroso de que su aplicación perjudicara a los candidatos de CiU. Especialmente a Xavier Trias, que tiene más cerca que nunca la alcaldía de Barcelona tras 32 años de Gobierno socialista.
La Generalitat anunciará nuevas medidas tras las municipales
La situación queda ahora en una especie de tregua hasta que, tras los comicios, la Generalitat detalle los recortes aún no anunciados, sobre todo en la sanidad pública. Ayer, tras acabar la manifestación, Mas insistió en que mantendrá "el rumbo" de su política, precisamente para asegurar el Estado de bienestar que reclamaban los manifestantes, dijo.
La manifestación transcurrió en un ambiente reivindicativo y festivo, sin que se produjera ningún incidente ni momento de tensión. Era otro de los objetivos de los organizadores, que querían evitar dar argumentos al repetido discurso de "ley y orden" del consejero de Interior, Felip Puig.
Las direcciones de Esquerra Republicana de Catalunya y de Iniciativa se sumaron a la marcha, mientras que el PSC estuvo ausente. Con todo, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, dijo que estaba con los manifestantes.
Muchos acudieron pertrechados con silbatos, tambores y panderetas para lanzar consignas a favor de la educación y la sanidad públicas. Abundaban los manifestantes con batas blancas. Como las que llevaban Silvia Franco, de 35 años, y Juan Fernández, de 33, auxiliar de enfermería y enfermero, respectivamente. "Estamos aquí para que se lo piensen un poquito más antes de seguir con los recortes", contaron. No se han perdido ninguna protesta.
Los ciudadanos ocuparon casi dos kilómetros, con una densidad muy variable, desde la plaza de Cataluña hasta el parque de la Ciutadella, sede del Parlamento catalán, donde se leyó un manifiesto."No a los recortes", "Más inversión pública y más empleo" y "Nuestros derechos no se tocan, educación pública de calidad" eran los lemas más coreados.
"Los recortes de CiU son un ataque directo a los pilares del Estado de bienestar", expresó Robert García, de 38 años, mientras sostenía en hombros a su hija Marina, de cinco, que ensordecía el ambiente con un pito. Como ellos, muchas familias, acudieron con cochecitos a la pacífica marcha.
"Los pacientes nos culpan del tijeretazo, no entienden que nosotros no tenemos nada a ver con las decisiones de los hospitales", se defendía un corro de enfermeras de unos ancianos molestos con el trato sanitario recibido. "El Gobierno quiere un país de enfermos y de analfabetos", decía Mimón Jalich, de 49 años, y celador de un hospital. A la una de la tarde, el grueso de la manifestación seguía por la Vía Laietana. La cabecera había llegado al final hacía una hora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.