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Columna
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La cosa está mal

La crisis económica es una moda que ha llegado para quedarse. Y, como todas las modas, marca tendencia a través de giros coloquiales, de expresiones que todo el mundo conoce y utiliza. Si la proliferación de escuelas de idiomas instauró el efectiviwonder, y los sms y el messenger trajeron los emoticonos, también la recesión ha aportado un nuevo lenguaje, una forma de expresarse para describir lo que está pasando.

En realidad, la lengua de la crisis se parece bastante a aquella que nos inundó a primeros de los ochenta a cuenta del fisco. "Hacienda somos todos, unos más que otros" o "no me quites más, que pareces Hacienda", fueron expresiones en boga que ahora vuelven a tener cierta vigencia. El espacio donde estos giros lingüísticos adquieren notoriedad es en comentarios de noticias en Internet y, sobre todo, en las llamadas de oyentes de programas matinales de radio. Es el lenguaje de la indignación, de la gente harta de los políticos, que no se contentan con llamar "chorizos" a la clase dirigente, sino que despliegan un arsenal verbal más complicado.

El primer hit se refiere a cómo denominar a la crisis sin mencionarla, de ahí que se use tanto "con la que está cayendo" como sustituto de la manida palabra. Muy utilizado para denunciar las acciones de un político que se gasta un dineral o tiene un sueldazo en plena recesión económica. Ejemplo: "Con la que está cayendo y estos viajando en Business". Otra sentencia que se lleva mucho ahora es la de "se lo están llevando crudo". No entiendo muy bien el significado de "crudo" en esta oración, pero, por contexto, capto que se trata de que la clase política se están aprovechando de la situación para beneficiarse.

"Se van de rositas" es una de mis predilectas por el componente sarcástico de la palabra "rositas", que en sí ya me hace mucha gracia. Esta expresión se refiere a que los políticos siempre ganan y su crimen queda impune.

Mucho menos poética y más dura no sólo por su significado, sino por la propia sonoridad de las palabras, es "se les debería caer la cara de la vergüenza", con especial énfasis en el último vocablo. De hecho si hay una expresión constante en estos parlamentos esa es "vergüenza", usada por el interlocutor también para decir que la situación le provoca ídem. Suele aplicarse, además de a los "politicastros" (otro término maravilloso), a los bancos beneficiados por las ayudas públicas.

Si no me creen, si piensan que esta recopilación de expresiones de moda es un cuento, escuchen cualquier programa de radio una mañana cualquiera: todas las llamadas incluyen las frases referidas anteriormente. Como decía Chiquito, la cosa está muy mal y hacemos bien en aprovechar cualquier oportunidad para patalear. Razones no faltan.

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