Maratón de microencuentros
El candidato del PP en Sevilla basa su campaña en actos a pie de calle
Cercanía personal y virtual. Son las dos máximas que se ha planteado el equipo de campaña del candidato a la alcaldía de Sevilla por el PP, Juan Ignacio Zoido (Montellano, Sevilla, 1957). Y las está cumpliendo. El hombre que aspira a arrebatarle al PSOE uno de sus feudos más preciados solo ha programado un gran mitin en los 15 días previos a las elecciones. Será el jueves próximo y contará con la presencia de Mariano Rajoy. El resto es un maratón de microencuentros barrio a barrio.
Aunque para Zoido estos 15 días son solo el sprint final de los cuatro años que lleva en la oposición y que le han servido para darse a conocer pateándose las calles. Para unos, ha sido una campaña de 1.500 días. Para otros, un mandato de intenso trabajo que, según las encuestas, está a punto de dar réditos. "Disfruto escuchando a la gente. Cuando escuchas a todo el mundo durante cinco años te das cuenta de que resolver la mayoría de los problemas no cuesta dinero, sino que es cuestión de voluntad", dice.
Zoido ha tenido cinco años para darse a conocer y patearse la ciudad
Habla de cinco años porque a los cuatro del mandato que ahora acaba suma el previo a las anteriores elecciones. Entonces sacó 4.000 votos más que el PSOE, pero socialistas e IU pactaron un gobierno de coalición. El principal cambio en su rutina diaria desde que empezó la campaña es que sale de casa una hora antes. A las 7.30. El día suele empezar con una reunión de coordinación con su equipo y un rato para contestar mensajes de Facebook y Twitter. "Soy honesto. No tengo tiempo para responderlos todos, por lo que una persona del equipo me ayuda. Pero me gusta escribir algunos", asegura. Habla sentado a bordo del coche de siete plazas forrado con su imagen en el que se desplaza de un acto a otro. En el trayecto, hoy aprovecha para firmar ejemplares de Zoido, destino Sevilla, una biografía escrita por un periodista sevillano. Su secretaria saca un listado con nombres de personas que le han pedido que le firme el libro, juntos hacen memoria de la persona en cuestión y Zoido personaliza una dedicatoria.
Es la una de la tarde del miércoles 11 de mayo y el candidato y sus colaboradores se dirigen al polígono El Pino, en la periferia de la ciudad, para reunirse con los empresarios de la zona. La jornada se había abierto cuatro horas antes con un desayuno de trabajo.
De allí, directo al barrio de Triana, donde tiene planteado el formato de acto (a pie de calle) en el que se siente más cómodo y que le permite dar rienda suelta a esa actitud campechana en la que se desenvuelve tan bien. Un centenar de vecinos le espera en la plaza de Chapina. Llega y reparte besos y apretones de mano mientras su equipo organiza un corro en el que los periodistas se mezclan con los vecinos. Y, paradójicamente, son estos los que preguntan. Cuando no queda ninguna cuestión por responder, vuelta al coche para ir al encuentro con los empresarios de El Pino.
La reunión en el polígono acaba pasadas las 14.45, media hora más tarde de lo que su equipo había marcado como hora tope para llegar a tiempo de la reunión interna que tienen después. "Ya no llegamos", advierte un miembro de su equipo. "Nunca me voy de un sitio ni me levanto de una mesa sin responder a una pregunta", justifica el candidato.
La primera cita de la tarde es en TVE para grabar una entrevista. Luego le esperan dos platos fuertes: paseo y reparto de propaganda en Rochelambert y Su Eminencia, dos barrios obreros donde el PSOE arrasa. Pero los últimos cinco años le han servido a Zoido para allanar el camino y eliminar esa sensación de estar en territorio hostil que tenían otros candidatos populares cuando pisaban estos barrios.
En Rochelambert le acompaña Juan José Cortés, el padre de Mari Luz, la niña asesinada en Huelva en 2008. Cortés colabora activamente en la campaña del PP, pero reconoce tener debilidad por Zoido. "Me siento muy cerca de él. Trabaja mucho, siempre está ahí", afirma. Cortés se retira antes de que la comitiva se traslade a Su Eminencia, donde el candidato se reúne con un grupo de vecinos durante más de una hora. Al borde de las diez de la noche, abandona la sede vecinal. La jornada en la calle ha acabado, pero se lleva deberes a casa. En ocho horas tiene que estar en TVE para grabar un debate con los cabeza de lista de PSOE e IU.
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