Un tesoro en el parque Güell
Unos niños encuentran enterrado en los jardines un rosetón de Gaudí
Arnau juega con un par de piedras, que pasa de una mano a otra. "¿Esto me lo puedo quedar?", le pregunta a su madre, Leticia Sánchez. "Lo guardaré en mi cofre del tesoro", le dice, agarrando las dos rocas, con cerámicas de colores incrustadas. El niño, de nueve años, las ha sacado de un agujero en la tierra del parque Güell donde antes estaba "su tesoro". Él y varios amigos del colegio encontraron enterrada una roca de casi un metro de diámetro con una especie de mosaico blanco.
Desde entonces los alumnos de la escuela Reina Elisenda, junto al parque Güell, viven una aventis. Edgar, Mireia, Julia, Guille y otro grupo de chavales estaban jugando junto a uno de los parques infantiles del jardín cuando vieron que bajo la arena aparecía una cerámica blanca.
Los niños han encontrado posiblemente un rosetón del parque Güell, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984. Los primeros indicios apuntan a que podría ser una pieza elaborada con la técnica del trencadís de Gaudí."Todo apunta a que es una pieza que no gustó cómo quedó y posiblemente se desechó y se recicló en el propio suelo del parque", indicó ayer un portavoz de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Barcelona. El área de Patrimonio del Consistorio acabó ayer de desenterrar el hallazgo. "Hasta que se analice no se podrá decir si efectivamente se trata de una pieza de Gaudí y cuál es su valor", indicó ayer una portavoz.
El pequeño tesoro que han descubierto los niños tampoco ha dejado pasmados a los trabajadores del jardín Güell. "Si se excava a cierta profundidad, no es raro encontrar elementos del parque", indicó el portavoz del área. El arquitecto solía reutilizar las piezas que no acababan de convencerle para rellenar algunas zonas del parque, según el portavoz. Y añadió que cuando se hacen obras de jardinería, por ejemplo, no es extraño encontrar "pequeños trozos de cerámica o de columna". Patrimonio, sin embargo, indicó que no es habitual dar con piezas de la envergadura de la desenterrada por los niños.
Todos los materiales que los trabajadores recuperan del suelo van a parar a un almacén que tiene el propio parque. "Cuando hay algún desperfecto se aprovechan esas piezas, que en su día fueron desechadas", aseguró ese mismo portavoz.
Teniendo en cuenta el dibujo que presenta la pieza con la que dieron los niños, su destino antes de ser descartada pudo ser uno de los dos rosetones que hay en la entrada principal del parque. Las sinuosas curvas de las cerámicas posiblemente corresponden al apellido Güell.
Ayer por la tarde, como llevaban haciendo desde hacía más de una semana, los alumnos del colegio Reina Elisenda corrieron a la salida de clase hacia la pequeña zona ajardinada a la caza de su tesoro. Buscaron entre los pinos, junto a las plantas... Pero ya no estaba. En lugar del rosetón había un agujero considerable, acordonado por una cinta de color blanco.
Los niños se han pasado durante todo este tiempo dando la lata al que quería oírlo. "Hemos encontrado un tesoro', nos decían", explicó ayer uno de los padres, Albert Roig, de 41 años. Incluso se lo dijeron a los trabajadores del parque. "Pero como siempre encuentran tesoros, no les acabas de hacer caso", terció una madre que estaba ayer en el corrillo junto a la zona del hallazgo. En ese momento, un operario del parque interrumpió la conversación. "Esto es un jardín, están pisando las plantas", regañó a los reunidos.
Mientras, los niños seguían con su aventis, ajenos a las incógnitas que rodean su tesoro. "¡Hemos encontrado un trozo del parque Güell!", gritaba uno. "¡Es una pieza de la historia de Cataluña!", se sumaba otro. "Sí, pero se lo han llevado. ¿Qué harán?", zanjaba una niña, con un mohín de preocupación.
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