El método de las corcheas
Yamel Romero utiliza la música para potenciar el desarrollo personal - Trabaja con jóvenes alumnos del Conservatorio y mayores de 65
Una vez a la semana Yamel Romero enseña a un grupo de personas mayores música experiencial. Sus alumnos, alrededor de 10 personas, de entre 65 y 75 años, descubren a través de la disciplina artística "su potencial, sus habilidades y qué son capaces de hacer", explica el músico, de origen cubano. Cada martes, a las cuatro de la tarde, los alumnos comienzan a llegar a una de las aulas de la Escuela Para Adultos de Eguia, se sientan alrededor del profesor y siguen las instrucciones. "Hoy vamos a hablar del miedo", arranca Romero.
El músico, con una amplia experiencia en la docencia y la composición, trabaja con otros colectivos, adolescentes, estudiantes de música y personas enfermas de Alzheimer y organiza, entre otros, talleres en los que participan padres e hijos en su academia Musikanaiz, siempre bajo la misma premisa: aprender a utilizar la música en el desarrollo personal.
Romero también realiza actividades con enfermos de Alzheimer y niños pequeños
"Con la música conseguimos armonizar mente, cuerpo y emoción"
La semana pasada, una de sus alumnas propuso hacer una actividad relacionada con "los temores que pueden sentir las personas mayores hacia lo desconocido, a intentar hacer cosas nuevas", aclara el músico. Tras un par de juegos a modo de calentamiento y en los que a ritmo de palmas uno a uno los alumnos se presentan, toca entrar en materia. "El objetivo es proponer una dinámica difícil, que al principio piensen que no la van a poder realizar y luego se den cuenta de que pueden".
El profesor agita varias campanas mientras Rosalía, una de sus alumnas, presta atención con los ojos cerrados para luego intentar adivinar cuáles ha tocado. La actividad la van repitiendo por parejas los asistentes. "¿Cómo os habéis sentido?", inquiere Romero.
"Un poco nerviosos, impotentes, indecisos, inseguros", coinciden sus alumnos. "Pero, ¿por qué?", insiste el profesor. "Hayáis acertado o no es simplemente un resultado, no un fracaso, de los errores se aprende, así es como se construye el aprendizaje", les explica Romero, experto en coaching musical, y como aplicar lo aprendido en el día a día. "La música nos motiva, nos activa, con ella conseguimos armonizar mente, cuerpo y emoción", añade Romero.
El músico trabaja de forma parecida con sus alumnos del Conservatorio (la primera vez que se desarrolla un taller de estas características en el centro), entre los 14 y 17 años, con el objetivo de mostrarles otra forma de entender la música, de sentirla y por último, tocarla. "Hemos recibido una instrucción musical, no una educación", indica Romero. "Muchas veces no somos conscientes de lo que estamos interpretando, no saben lo que expresan, simplemente repiten lo que hace el profesor". Con los chavales trabaja el miedo escénico y herramientas para el aprendizaje y el estilo porque, como asegura Romero, "primero hay que saber escuchar y luego escucharse para ser conscientes de qué va a hacer uno y cómo".
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