Una 'Dama de Elche' que da el pego
El laboratorio Factum Arte, líder mundial en reproducciones artísticas, clona obras maestras de grandes museos para preservar el patrimonio cultural
¿Puede la copia de una obra de arte existir de manera autónoma con respecto al original? Adam Lowe (Oxford, 1959) no solo afirma la independencia de las réplicas, sino que defiende que éstas pueden ganar en autenticidad. Porque al frente de Factum Arte, el laboratorio con sede en Madrid líder mundial en la reproducción y reconstrucción de piezas artísticas, el restaurador británico hace más que dar el pego: clona obras maestras, duplicados indistinguibles de sus matrices que además, van sumando significado como si de capas de pintura se trataran.
Lowe y su equipo (integrado por 40 personas provenientes de todas las disciplinas) han medido fuerzas con La Dama de Elche, el Tríptico de San Mateo de Caravaggio, La Última Cena de Leonardo Da Vinci, o la tumba de Tutankamón con el fin último de preservar en condiciones el patrimonio cultural de la humanidad. "Cuando nacieron los museos, hace 200 años, los visitaba poca gente. A día de hoy, el Louvre recibe unos nueve millones de personas al año. La mayoría, sin interés alguno en el arte. Van a pasar el día. Esa exposición continua de las obras pasa por su inevitable deterioro", explica.
Un equipo de 40 personas reprodujo 'Las bodas de Caná' para el Louvre
"La exposición continua de las obras las deteriora", dice Adam Lowe
Factum materializa obras ideadas por Anish Kapoor o Gabriel Orozco
"El concepto de autenticidad se entiende poco y mal"
Es precisamente el Louvre el escenario donde sucede un capítulo de la historia de uno de los trabajos más emblemáticos de Factum, el de la reproducción de Las bodas de Caná. La obra de Veronese está en el museo francés desde que las tropas de Napoleón la robaron de su ubicación original, el refectorio del monasterio benedictino de San Giorgio Maggiore construido por Palladio en Venecia. "La fundación Giorgio Cini estaba acabando las obras de restauración del monasterio, pero les faltaba la pintura que Veronese realizó para que estableciera un diálogo con la arquitectura del lugar. Sin ella, el refectorio era un espectro de sí mismo. Con nuestra réplica, se recuperó esa relación", cuenta Lowe. Y continúa: "En París, la pintura cuelga a la altura incorrecta, enmarcada y profusamente restaurada. Luego, qué experiencia es más auténtica ¿la de contemplarla en esas circunstancias o en las que Veronese dispuso para ella?".
Para los románticos, puede que un facsímil carezca de la carga sentimental que un original sí tiene. Para Lowe, esto no impide que tenga resonancia emocional en el espectador. "El concepto de autenticidad se entiende poco y mal. ¿Es la originalidad un proceso más que un estado del ser? En Factum creemos que sí. Considero que la visión del concepto de originalidad que dio Walter Benjamin en el ensayo La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica supone un lastre. Prefiero abandonar la casi religiosa noción de aura a favor de considerar la autenticidad como una dinámica. El arte es comunicación y transformación". En ese sentido, Factum también se encarga de materializar las obras ideadas por artistas contemporáneos como Anish Kapoor, Marc Quinn, Carlos Garaicoa o Gabriel Orozco. "Somos intermediarios entre creador y realidad".
Factum se ajusta, en términos actuales, a la definición de taller renacentista. "El mito del genio independiente está desfasado. La tecnología se desarrolla en un sentido, la conservación en otro... De alguna manera, aquí conjugamos todo eso a la vez". Sus instalaciones, situadas desde hace seis años en el bajo de un edifico de arquitectura franquista del barrio de Moncloa, albergan capital humano y herramientas como una impresora 3D para hormigón, un sistema digital con el que se puede sobreimprimir repetidamente sobre la misma imagen con un registro perfecto o un sistema para clonar incunables manteniéndolos abiertos en un ángulo menor a los 90 grados. "Si no existe, lo inventamos", concluye Lowe.
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