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Columna
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Zahoríes

Probablemente no hay profesión que tenga un nombre tan bonito como la de zahorí. ¿Y quién es él?, pongamos que te preguntan (mientras clavan su pupila en tu pupila azul). Un zahorí, respondes tú (mientras ahora eres tú quien clava tu pupila en su pupila azul). Una historia superbonita, becqueriana, la del zahorí, sobre todo con ese nombre que suena a la vez a antiguo, a misterioso, a Edad Media y a cuarto milenio al mismo tiempo. Los zahoríes (también vale zahorís, pero me gusta más así) buscaban agua, sobre todo, que es un asunto nada despreciable. Baste recordar que otros hacían rogativas y algunos lanzaban aviones contra las nubes. Dónde va usted a comparar un zahorí con un clérigo o un aviador.

Zahorí es una profesión de lustre con un nombre lustroso, porque hay palabras más hermosas que otras (te digo mientras clavo mi pupila en tu pupila azul). No es lo mismo zahorí que ciclogénesis. ¡Dónde va a parar!, zascandil, qué coyuntura ¡No pares, sigue, sigue...! Avío que envío, y fíjate que son parecidas, pero no hay color. Y así podríamos seguir y seguir desgranando el diccionario y lo que es mejor aún, el habla de las gentes. Tengo una amiga que cuando una formación se desmorona, por la lluvia, por ejemplo, dice que "se desmoraliza". Lo dice por error de vocabulario sin saber que ha logrado un acierto impagable.

Pero nada como la palabra zahorí, hasta el punto de que el diccionario le atribuye la capacidad de descubrir lo que está oculto e inmediatamente le añade la especialidad del agua mediante la radiestesia (mira, esta palabra no me gusta, sin embargo). Lo que ya entiendo menos es que los trabajadores de Lakua hayan contratado a un zahorí para desentrañar el porqué del motivo (que diría Pedro Delgado) de los cánceres de la quinta planta del edificio gubernamental. Entiendo los temores de los empleados, pero me parece que han llevado el caso demasiado lejos. ¿Podría el zahorí descubrir el motivo de los accidentes de tráfico o el motivo del por qué Mayor Oreja solo tiene la cabeza en una cosa o por qué, sin motivo, Mourinho no tiene ni una sola cosa en la cabeza? Bien que Osakidetza tenga sus problemas, que su salud mejore o empeore, según se mire, y que la desesperación conlleve actitudes paranormales. De ahí a al zahorí hay un trecho que el péndulo no alcanza.

En verdad, en verdad os digo que la profesión de zahorí, con ese nombre tan aristocrático, tan dulce, debe servir para lo que ha servido siempre, con acierto en muchos casos, y no seré yo quien atribuya el mérito a la casualidad. Pero una cosa es el agua y otra cosa es otra cosa. Quizás alguna vez, en otra vida, o en esta, si nos da tiempo, todos queramos ser zahoríes, porque entre otras acepciones la Real Academia define al personaje como "persona perspicaz y escrudiñadora". No me negarán que son dos palabras maravillosas. Con gente así no es posible que la procesión se desmorone, digo se desmoralice.

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