La difícil vida del socio de Messi
Villa se desfonda para ser el delantero ideal que La Pulga no encontró en Eto'o e Ibrahimovic
La figura de Messi se agranda con el tiempo. El sábado, contra Osasuna, marcó su 50º gol en 49 partidos. Ya suma tres más que el curso pasado y 12 que el anterior. No hay quien pare a La Pulga desde que Pep Guardiola le convirtió en el eje del juego del Barcelona. Nadie ha sabido interpretar mejor al delantero que él. Los argentinos aún no saben qué necesita su Lío, doble ganador del Balón de Oro, para hacer campeona a la albiceleste. El problema del Barça no es precisamente con Leo, sino con su socio, especialmente con la figura del delantero centro.
Messi (38 goles) formó un ataque especialmente fecundo con Eto'o (36) y Henry (26), 100 goles en 62 partidos, nada más llegar Guardiola. Sin embargo, al igual que Ronaldinho, Eto'o fue traspasado para favorecer la expansión de La Pulga. Messi mejoró efectivamente sus números al año siguiente: 47 goles. Ibrahimovic, mientras tanto, se quedó en 21, dos menos que Pedro (23), la sorpresa de una temporada en la que los tres delanteros totalizaron 91 goles en 59 partidos. Ahora, el argentino ha subido a 50 por los 20 de Pedro y los 22 de Villa para un total de 92 en 54.
El tajo del asturiano, irreprochable: es agresivo y fuerza faltas y penaltis
Los números avalan al nuevo trío, que ha marcado tantos goles en 33 jornadas de Liga como Messi, Ibrahimovic y Pedro la campaña pasada (62) y están a 10 de los registros alcanzados por la delantera del triplete, Messi-Eto'o-Henry (72). Funciona la mecánica de juego. En lo individual, sin embargo, Villa suma cuatro goles menos que el curso pasado (18 ante 22) con el Valencia y Pedro no marca desde el 26 de febrero. Al igual que pasó con Ibrahimovic, sustituido por Bojan, menguó el caudal de goles de Villa.
La cuenta del Guaje también se había parado en Palma el 26 de febrero. Hasta que el sábado, 12 partidos después, le metió un gol a Osasuna con Messi en el banquillo. La Pulga le sustituyó y marcó el 2-0. Una vez que cada uno se ha reivindicado por su cuenta, ahora se trata de que se reencuentren en la cancha. Villa marca menos goles y, en cambio, se esfuerza el doble que en el Valencia porque ha dejado de ser el único punto final de las jugadas para convertirse también en un intermediario del juego. El reto de Guardiola es que se parezca más a Henry que a Eto'o.
A Villa se le recomendó cuando fichó por el Barça que no compitiera a goles con Messi porque perdería. Aceptó. Ahora se trata, sin embargo, de que aumente el protagonismo del Guaje y su asociación con Leo. El sábado, por ejemplo, Alves tiró una falta que desde el banquillo se ordenó que lanzara Villa. Ha habido también más de un partido en que Messi y Villa han discutido de forma natural por una acción mal resuelta. No es fácil mantener la personalidad y congeniar con Leo, el jugador al que toda la plantilla guarda una actitud reverencial, el número uno.
La posición de falso nueve aumenta el protagonismo de Messi mientras se discute si Villa juega mejor al lado de un ariete puro. El tajo del asturiano es irreprochable: acompaña la jugada, da profundidad, es agresivo con el balón y fuerza faltas y penaltis. El único gol que el Barça ha marcado al Madrid en dos partidos y una prórroga es un penalti de Albiol a Villa que transformó Messi. Afectado igualmente por la resaca del Mundial, la tarea del Guaje es tan agotadora que ha sido sustituido 27 veces después de ser casi siempre titular (32 partidos de la Liga y nueve de la Champions).
"Villa es fundamental para nosotros", responde Guardiola. Asienten los internacionales españoles, especialmente satisfechos con El Guaje porque juega al espacio y no al pie, ofrece líneas de pase y mejora las prestaciones de Giuly y Henry por su continuidad. Necesitan ahora que recupere la chispa y un punto de egoísmo al mismo tiempo que intenta sincronizar o comprender a Messi, como ocurre con futbolistas como Pedro, tan atacante como defensor por su presión. Pero no es un asunto solo de Villa, sino también de Messi.
A ambos les puede venir bien recordar el clásico de la Liga en el Camp Nou, que se cerró con dos goles del Guaje. La estadística asegura también que La Pulga, que está a 17 goles de igualar el récord de Gerd Müller (1972-1973), no ha marcado un gol en las tres semifinales disputadas (Manchester United, Chelsea e Inter) y que Villa lleva nueve remates a los palos. También se sabe por los números que el Barça golea más últimamente en la Champions (Shakhtar y Arsenal) y que solo ha perdido una de las últimas ocho eliminatorias (Inter) después de ganar un único partido.
Messi, que frente al Madrid igual juega en la banda que de falso nueve, no tiene precio por si solo. La onda expansiva de su juego, sin embargo, exige compañeros muy especiales, futbolistas que busca Guardiola ante el silencio sepulcral del argentino. No funcionó Ibrahimovic, el entrenador no tenia feeling con Eto'o y ahora se trata de saber si finalmente el socio perfecto es Villa como se anunciaba desde su fichaje. No es tan fácil como parece jugar con Messi.
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