"Nunca había visto lo de Pep"
Mourinho dice que Guardiola abre una nueva era: la del grupo que "critica el acierto del árbitro"
José Mourinho dice que no, que está igual que siempre. Pero ayer irrumpió en la sala de prensa de Valdebebas con otra cara. Más relajada. Distendida. Como si, por fin, estuviese disfrutando. El técnico del Madrid, que ha ganado dos orejonas con dos equipos, disputa unas semifinales de la Champions por segundo año consecutivo. Y, de nuevo, contra el Barcelona. El pasado estaba sentado en el banquillo del Inter, que no jugaba una final desde hacía 38. A su lado, en la Pinetina, se hallaban Sneijder y una fotografía de Helenio Herrera. Ayer, en Valdebebas, Marcelo.
El pelo tiene más canas y el bronceado es el mismo, pero no los fantasmas. El Madrid, campeón por última vez en 2002, no lleva 45 años como llevaba el Inter sin alzar una Copa de Europa. Ha superado la barrera de los octavos de final tras siete años sin hacerlo y parece haberse liberado con el triunfo en la Copa del Rey. "Estamos igual que estaríamos si no hubiésemos ganado la Copa. Estamos igual que antes del clásico liguero en el Bernabéu. Las competiciones son independientes. Cada partido es una historia y siempre he dicho que ni podríamos estar arriba por ganar uno ni abajo por perderlo", contestó ayer Mourinho cuando le preguntaron si le ha comido la moral al Barça.
El técnico del Barça "vivió en su primer año el escándalo de Stamford Bridge..."
El luso, que no pierde una eliminatoria desde 2009, apela a la "voluntad" de Einstein
Por primera vez en la temporada, Mourinho utilizó la palabra "Barcelona" para referirse a su rival. Hasta ahora siempre había hablado de "ellos". Convencido de sus medios, por mucho que asegurara que es el mismo entrenador que perdió en el Camp Nou por 5-0 en noviembre, llevó la conversación al terreno que más le gusta: la dialéctica y los mensajes. Incluso citó a Einstein -"un tal Alberto", dijo-. Pero eso fue después de lanzar sus dardos a Pep Guardiola, culpable, según él, de haber hablado de los árbitros en los últimos días. "Si el miércoles pita un portugués, el técnico del Madrid estará contentísimo", había dicho Guardiola el sábado mientras recordaba que en Mestalla se le había escapado el título al Barça por dos centímetros [en el fuera de juego que invalidó un gol de Pedro]. "Ha empezado un nuevo ciclo, una nueva era: criticar el acierto del árbitro. Nunca había visto esto en el mundo del fútbol", espetó, irónico, Mourinho. Hoy, finalmente, pitará el alemán Wolfgang Stark.
"Más importante que la designación del árbitro y la presión que han hecho para que no fuera Provença [el luso del que habló Pep y que, según algunos medios, pitaría la semifinal] es que iniciamos un ciclo. Hasta ahora teníamos dos grupos de entrenadores. Uno, muy pequeñito, que no habla de los árbitros, y otro, muy grande, en el que estoy yo, que les critica cuando cometen errores importantes. En ese grupo hay gente como yo que no controla sus frustraciones [después del partido contra el Sevilla, en diciembre, mostró en la sala de prensa una lista con 14 errores arbitrales], pero que es feliz de alabar el gran trabajo de un árbitro cuando ocurre. Ahora hay un tercero y solo lo forma Pep. Tiene muchos seguidores en el fútbol. A ver si le siguen en este grupo también", explicó Mourinho.
Tenía la respuesta preparada. La soltó cuando le preguntaron su parecer sobre Stark. La arenga no terminó ahí porque, para él, todo efecto tiene una causa: "Para mí, todo es consecuencia de una cosa. En su primera temporada como entrenador, Guardiola vivió el escándalo de Stamford Bridge [el Barça ganó al Chelsea en las semifinales y el club inglés reclamó un par de penaltis] y a partir de ese momento no está contento con el acierto del árbitro. El año pasado jugó contra 10
[el interista Motta fue expulsado en el Camp Nou nada más empezar el partido], contra el Arsenal estaba casi fuera y ahora está con lo del otro día en Mestalla".
¿Y el fútbol? "No tengo la poción mágica para ganar ni acepto que me vean como alguien que la tiene. Trabajo muchas horas y de forma honrada", comentó Mourinho sobre el partido; "soy el mismo entrenador y motivador que perdió por 5-0 en el Camp Nou. Las palabras que les digo a mis jugadores no son mías, sino de un tío que se llamaba Alberto, un tal Albert Einstein. Decía que la única fuerza motriz más potente que el vapor, la energía y la electricidad es la voluntad. Pues el Alberto ese no era un estúpido. Con la voluntad se puede ganar". Y él no pierde una eliminatoria desde febrero de 2009, contra el Sampdoria en la Copa italiana.
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