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Reportaje:

Padrenuestros en chino

Una parroquia baracaldesa celebra en domingos alternos misas para los católicos asiáticos - Unos 30 fieles asisten a las ceremonias

Desde hace un mes, los tradicionales padrenuestros y avemarías suenan distintos en la parroquia de Cruces, en Barakaldo. Muy diferentes, en realidad. La iglesia del Inmaculado Corazón de María acoge en domingos alternos misas en chino dirigidas a la creciente comunidad católica conformado con los feligreses que han recalado en Vizcaya procedentes del gigante asiático.

De momento, participan en las celebraciones alrededor de 30 personas, un número complicado de superar, pese al creciente colectivo inmigrante. "Son gente muy trabajadora a la que apenas le queda tiempo para otras actividades", asegura el responsable de la congregación, el sacerdote Alfonso Zhang.

Este grupo de católicos chinos se conformó en Vizcaya en 2009, animado por la comunidad jesuita de Deusto. Su primera misa se celebró el 27 de septiembre de ese año en la capilla bilbaína de Arrupe Etxea y a ella asistió el entonces vicario de la capital vizcaína, José Luis Achótegui. Dos meses después, las ceremonias se trasladaron a la parroquia de los Santos Juanes gracias al apoyo, entre otros, del actual obispo, Mario Iceta. Se pretendía con ese cambio facilitar la asistencia de los fieles a un templo mejor comunicado, sito en el Casco Viejo.

El responsable de la congregación es el cura Alfonso Zhang, quien estudia en Bilbao
La comunidad se formó hace dos años animada por los jesuitas

El momento más destacado en la todavía joven trayectoria de la comunidad se produjo el 14 de febrero de 2010, cuando recibió la visita del entonces prelado, Ricardo Blázquez, quien bautizó a varios adultos. "Aquello fue el germen que empezó a unir a nuestra comunidad", rememora Zhang, quien celebra el último traslado a Cruces por su ubicación en el centro del área metropolitana, donde se concentra el grueso de la población asiática residente en la provincia. "Es fundamental para que el mayor número de fieles pueda asistir a la Eucaristía", considera.

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Zhang es un párroco diocesano chino de 40 años que suma ya tres de estudios en la diócesis de Bilbao. Llegó con la única intención de cursar una licenciatura en Teología, pero el obispo de su comunidad original, donde ejercía de cura en una catedral, le solicitó que completase su formación realizando también el doctorado. Mientras culmina sus estudios, vive en la residencia parroquial de Zorroza y colabora como auxiliar en las iglesias periféricas de Barakaldo. "Aún me quedan al menos dos años aquí", precisa.

Su adaptación ha resultado sencilla, según asegura, hasta el punto de que uno de los dos domingos que le quedan libres cada mes se desplaza hasta Zaragoza, donde también celebrar misa. "Solo cambia el idioma, porque la liturgia es la misma", explica. Pocas diferencias ha encontrado, además, entre la comunidad católica oriental y la vizcaína, pese a que en el país asiático conviven cinco religiones legales: catolicismo, protestantismo, budismo, islamismo y taoísmo. Si acaso, que los fieles chinos son "algo más jóvenes".

Varios miembros de la comunidad católica china de Vizcaya posan en la parroquia de Cruces.
Varios miembros de la comunidad católica china de Vizcaya posan en la parroquia de Cruces.

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