El asesinato del cooperante italiano desafía el control de Gaza por Hamás
Los islamistas se ven desbordados por el radicalismo de los salafistas
Vittorio Arrigoni, un cooperante italiano que llevaba tres años en Gaza, fue secuestrado el jueves y ahorcado poco después por un grupo de islamistas fanáticos. El crimen supuso un desafío a Hamás, la organización islamista que desde la guerra civil palestina de 2007 ejerce un poder absoluto sobre Gaza. Y desveló la creciente audacia de quienes atacan a Hamás por considerar que no es lo bastante agresivo contra Israel ni lo bastante radical como para imponer la sharia (ley islámica) en la Franja.
"Este crimen ha sido un incidente aislado y aplicaremos la ley a quienes lo han cometido, garantizo que todos los visitantes de Gaza pueden sentirse seguros", proclamó el primer ministro, Ismail Haniya. Otros dirigentes de Hamás usaron el recurso, tradicional en la región, de insinuar que Israel había utilizado a los extremistas para amedrentar a los cooperantes y evitar que nuevos barcos intentaran romper el bloqueo sobre Gaza.
Arrigoni fue ahorcado al poco de ser secuestrado en la Franja
La muerte de Arrigoni no fue, sin embargo, un incidente aislado. Los salafistas (islamistas fanáticos) y Hamás lucharon juntos cuando Israel lanzó el brutal ataque de diciembre de 2008, pero luego empezaron a distanciarse. La tolerancia de Hamás hacia los salafistas, que lanzaban proyectiles contra Israel pese a la tregua de hecho establecida tras la Operación Plomo Fundido, se desvaneció cuando las represalias israelíes se hicieron más cruentas e indiscriminadas. Y cuando empezaron a circular panfletos que denunciaban a Hamás por permitir la presencia de "infieles" en Gaza y por mantener la tregua.
Hamás, que había desbancado a la OLP por el flanco del islamismo y la resistencia armada contra Israel, se veía a su vez desbordada por gente aún más islamista y más resistencialista, cuyo objetivo no era solo la destrucción de Israel sino la instauración de un califato islámico en todo el planeta. Tres grupos salafistas, los Soldados de Dios, el Ejército del Islam y el Ejército de la Nación, obtuvieron armas a través de los túneles de Rafah y decidieron actuar de forma autónoma. El jefe del primero de estos grupos, Abdul Latif Abu Musa, murió en agosto de 2009 durante un tiroteo con la policía.
La policía de Hamás detuvo a varios jefes salafistas en días pasados. En el vídeo de Arrigoni atado y magullado, firmado por las Brigadas Mohamed bin Moslama (un grupúsculo presuntamente vinculado con Al Qaeda que dijo ser ajeno a los hechos), se animaba a los jóvenes a levantarse contra Hamás, se acusaba al italiano de "difundir vicios occidentales" y se anunciaba que el cooperante moriría si los salafistas no eran liberados. La policía tardó pocas horas en dar con el apartamento de Ciudad de Gaza donde habían ocultado a Arrigoni, pero cuando llegaron ya estaba muerto. Tres personas fueron detenidas por el asesinato y se buscaba a otras.
El secuestro y asesinato (el primero con una víctima occidental desde que Hamás asumió el poder) causó consternación en Gaza, donde Arrigoni, de 36 años, era popular. El cooperante pertenecía a la ONG propalestina Movimiento de Solidaridad Internacional y llegó a la Franja en 2008 a bordo de una nave que rompió el bloqueo. Desde entonces trabajó con los agricultores cuyos campos estaban junto a la frontera, una zona bajo frecuentes disparos israelíes, y con los pescadores que apuraban los límites del bloqueo, intentando protegerles con su presencia. También intentaba oponerse con el diálogo al conservadurismo islámico y a las normas retrógradas impuestos por Hamás a la sociedad de Gaza.
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