Una tasación irregular frustra el proyecto de construir un hotel en Salvaterra
La "falsedad en la tasación" de un edificio de viviendas en Salvaterra de Miño ha impedido renovar un préstamo de Novacaixagalicia (NCG) y, subsiguientemente, desarrollar un proyecto de hotel en dicho edificio, según denuncia su promotora, VM Inversiones, que acusa a NCG y a la tasadora Tinsa de no dar explicaciones sobre la tasación irregular y de negarle la renovación del préstamo precisamente por evidenciar las irregularidades.
VM Inversiones compró en julio de 2010, por cuatro millones de euros, la inmobiliaria Visalmi, propietaria de dos edificios para, con una inversión total de unos 10 millones de euros, construir el primer hotel de Salvaterra, de 70 habitaciones. Dos meses después, en septiembre, cuando VM Inversiones se disponía a renovar el préstamo promotor que Visalmi había obtenido de Caixanova, descubrió que se había "falseado" la tasación y la ejecución del crédito. Al pedir explicaciones, tanto en NCG como en Tinsa, la única respuesta que obtuvo la promotora fue la denegación de la renovación del préstamo, según Cristina de Andrés, directora general de VM.
La valoración la hizo un aparejador inhabilitado en Porriño
El inmueble, de 5.000 metros de edificabilidad, fue tasado en 4,2 millones de euros por el aparejador Manuel Novás Medín en calidad de tasador de Tinsa, en el verano de 2008. La operación fue propiciada por el director de Caixanova en Salvaterra, Julio Manuel Celada Rodríguez, uno de los principales responsables de la burbuja inmobiliaria en el municipio, donde Caixanova financió la construcción de 700 a 1.000 viviendas que actualmente se encuentran vacías.
Novás Medín, que también fue concejal de Porriño en los gobiernos de José Manuel Barro (PP), fue inhabilitado como aparejador de este Ayuntamiento tras ser condenado en los tribunales por negocios prohibidos a funcionarios (se adjudicaba la casi totalidad de las obras usando la identidad de un arquitecto vigués al que nadie conocía en el ayuntamiento). En el caso de Salvaterra, Novás Medín fijó su valor señalando que estaba realizado el 66,48% de la obra, cuando en realidad, según Cristina de Andrés, solo se había construido un 30%. Tampoco coinciden el número de viviendas previstas para el inmueble ni las fotografías que documentaban la tasación, que pertenecían a otra obra de la promotora Vialmi. En función de esa tasación, Vialmi obtuvo de Caixanova un préstamo promotor de 3,7 millones de euros cuya disposición siguió facilitando la caja pese a que la última certificación de obra (documento necesario para retirar cualquier cantidad del préstamo concedido) está fechada el 30 de septiembre de 2008. Entre esta fecha y el 30 de octubre de 2009, sin embargo, fueron retirados 1,2 millones.
VM está pagando 13.000 euros mensuales por los intereses (no paga el capital principal). Fuentes de NCG se limitaron a constatar que no renegociarían el préstamo y atribuyeron las disposiciones para la retirada de 1,2 millones a las certificaciones que hacía Tinsa a ese efecto.
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