De Suárez a Carroll
Los entrenadores se empecinan en conceder la máxima relevancia al juego defensivo, tanto los que están en los banquillos como los que analizan los partidos a través de los micrófonos. "El Madrid (o el Barcelona) están construyendo desde la defensa", repetían el sábado cuando uno u otro equipo subían el listón de su más bien escasa efectividad. El Madrid ganó, a pesar de que se quedó en un 38% en tiros de dos y un 33% en triples. Es cierto que también pudo escucharse algún elogio, ¡faltaría más!, cuando Suárez anotó alguno de los cuatro maravillosos triples que le endilgó a la defensa azulgrana.
Pero subyace en la mayoría de propuestas y de análisis de los entrenadores la idea de que lo primordial es la defensa. Como si lo demás viniera por añadidura. Como si dieran por sentado, si hablamos del Madrid, que Suárez o Llull ya se encargarán de meterlas. Uno de los problemas del Barcelona es la ausencia de Navarro y Basile y la cada vez más acusada tendencia de Anderson a fallar y a elegir las peores opciones, como si estuviera en otra onda. Pero si el Barcelona está como está, con cuatro derrotas consecutivas, acuciado por el Madrid en la ACB y fuera de la final a cuatro del Palau Sant Jordi se debe también a la previsibilidad e ineficacia de sus acciones ofensivas.
Los técnicos priorizan la defensa mientras se baten los récords negativos de anotación
Le cuesta un mundo meter balones dentro y, cuando lo consigue, a menudo ya ha dado tiempo a que el valiente que los recibe esté sobremarcado. Ni Sada ni Ricky las están metiendo tampoco, pero suelen verse obligados a lanzar sin elaboración previa, porque no les queda otro remedio o porque el propio rival les invita descaradamente a ello. Encajar solo 64 puntos en 40 minutos debería ser suficiente mérito para que unos y otros no se vieran obligados a disputar una prórroga. Pero así están las cosas. Tal vez por ello, ambos tengan puesto un ojo, sino los dos, en ese americano del Gran Canaria, Jaycee Carroll, ni muy alto (1,88 metros), ni muy musculoso (82 kilos), pero con parecida rapidez, picardía y puntería a la de Navarro. Carroll es el máximo anotador de la ACB con 19 puntos de media y le hizo un auténtico roto, seis triples y 35 puntos, al atribulado DKV Joventut (69-93), cada vez más alejado de los playoffs, en una situación a la que no es ajena la baja de su cañonero Carl English. También se debe en buena medida la victoria más amplia del Lagun Aro (90-67 ante el Unicaja, a las muñecas de Baron y Panko.
Defender con eficacia es imprescindible, pero no puede convertirse en la única razón de ser, so pena de acabar con la paciencia del espectador y, de paso, batir todos los récords negativos: los nueve puntos del Siena en media parte ante el Olympiacos, los cero, ¡sí, cero!, en que se quedó el Valladolid en el segundo cuarto ante el Granada o el 49-48, el 7 de marzo, entre el Manresa y el Meridiano. Fue la anotación conjunta más baja de la historia de la ACB y no puede decirse que no defendieran bien, ganadores y perdedores.
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