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Entrevista:ANTONIO G. PASCUAL | Economista Barclays

"No es seguro que los rescates paren con Portugal"

Alicia González

El análisis de Antonio García Pascual (Madrid, 1970) sobre España nunca ha sido excesivamente pesimista, pero ahora no deja de insistir en los riesgos que aún amenazan a la economía. Es como si el economista jefe para el Sur de Europa e Irlanda de Barclays Capital quisiera que el país no se confiara, ahora que los tornadizos vientos de los mercados parecen soplar algo más a su favor.

Pregunta. Tras el rescate de Portugal, ¿quién es el siguiente?

Respuesta. Esperemos que pare ahí, por el bien de la unión monetaria y porque es aterrador pensar en otra cosa. Eso provocaría un contagio en picado, que no pararía con la siguiente ficha. Puede pasar que el resto de los países eviten un rescate. Pero no es seguro porque hay incertidumbre, y en el caso de España todavía es elevada. Estamos avanzando, como reflejan los diferenciales, pero hasta que no se resuelvan los riesgos latentes no podemos descartar que España pueda necesitar financiación adicional para resolver de una vez por todas el tema de las cajas. Del resto de los países es el que tiene más debilidad. Y no parece ser el escenario base, pero no está descartada.

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P. ¿Y cómo puede descartarse definitivamente ese escenario?

R. Lo inmediato es la recapitalización de las cajas, un problema que ya está más acotado, aunque no quiere decir que esté resuelto. También asegurar el cumplimiento del ajuste fiscal, sobre todo en lo que corresponde a comunidades autónomas y ayuntamientos. Saber si el desvío del 0,4% del PIB que hubo en 2010 se va a repetir en 2011 o se puede incluso superar, porque es un año electoral, se gasta más o puede haber afloración de datos con los nuevos Gobiernos. Es posible pensar que pueda haber desvíos del objetivo de déficit, lo que exigiría un recorte de gastos más agresivo que el presupuestado o, incluso si fuera necesario ir más allá, habría que subir los impuestos. Pero para recuperar el crecimiento a medio y largo plazo, y por simplificar, la reforma estructural que hay que abordar es la del mercado de trabajo. Hemos hecho la mitad de lo que hay que hacer. Ha habido avances, pero lo ideal habría sido implantar el contrato único con indemnización creciente según la antigüedad. Veremos qué da de sí la negociación colectiva.

P. Pero España se ha desligado en las últimas semanas del resto de los periféricos.

R. No definitivamente, pero se está desvinculando, tanto en el ánimo de los inversores como la prensa internacional. Pero, por eso, no es momento de complacencias, sino de avanzar con los temas pendientes, con la recapitalización de las cajas, incluso de forma preventiva. Los 15.000 millones previstos por el Banco de España [como necesidades de capital del sector financiero] puede que no sean suficientes. Nuestros cálculos apuntaban unos 46.000 millones; si se han inyectado ya 11.000, eso quiere decir que faltarían otros 35.000 millones. Con eso, si hay un poco más de consolidación en el sector, se podrían sobrecapitalizar las cajas. Si se resuelven esos temas, se consolida la desvinculación. Pero aún no estamos ahí.

P. ¿Cómo puede afectarnos la subida de tipos del BCE?

R. Bueno, no son las mejores noticias, pero tampoco es tan grave, depende del cuándo y cuánto. Seguimos pensando que habrá una subida de otros 25 puntos básicos en julio. Con los riesgos que tenemos ahora encima de la mesa quizá no haya otra subida este año. Pero si se soluciona el riesgo de contagio en la periferia -y ahí España es clave- y no entramos en un escenario de recaída, creo que el BCE va a vigilar los riesgos de inflación, que están al alza, y entonces sí podría haber otra subida este año. De todas formas, los tipos ya han estado subiendo. El euríbor a 12 meses, el que más afecta a España, ya está en el 2%. Los balances españoles, tanto en hipotecas como corporativos, tienen entre el 60% y el 70% de la cartera a tipo variable. Subir los tipos a una familia que ya está al borde de su capacidad de pago o a una empresa que tiene problemas de liquidez, tiene un impacto negativo. Pero como pensamos que la subida va a ser gradual y no agresiva, creemos que el impacto va a ser absorbible. La gran mayoría de los que podrían dejar de pagar sus hipotecas ya lo han hecho. Los datos de mora en hipotecas residenciales están alrededor del 2,5% y dudo que vaya a subir más allá del 4,5%. Ese es un nivel gestionable.

P. ¿Puede Grecia evitar la reestructuración de su deuda?

R. Lo que no entiendo es por qué no se hace ahora. Mientras se siga avanzando con las reformas y el ajuste, tiene sentido ir tan lejos como se pueda e intentar llegar a un superávit primario en 2012. Si esos objetivos no se cumplen ni se avanza en el plan de privatizar unos 15.000 millones este año, entonces sí se podría empezar a hablar de reestructuración soberana. Además ahora no se podría reestructurar porque el contagio es altísimo y puede ser grave.

P. ¿Y en el caso de Irlanda?

R. No es difícil pensar que Irlanda pueda salir adelante sin una reestructuración soberana. Es verdad que depende de muchos condicionantes: si el Gobierno sigue con el ajuste, si se mantiene el crecimiento de la demanda externa, si algunos bonistas asumen una parte del coste del rescate -como están haciendo con la deuda júnior-, la deuda puede estabilizarse para 2013 en torno al 120% del PIB. En cierta forma, Irlanda atraviesa una situación muy similar a la de España en términos cualitativos, no cuantitativos, aunque en su caso fue un error garantizar la deuda de los bancos. Si no hay una fuga grave de población, lo que retrasaría el crecimiento, hay posibilidades de avanzar sin una reestructuración soberana.

P. ¿Qué le espera a Portugal?

R. Ahí los riesgos son bien conocidos. Es un país con poca productividad y un serio problema de competitividad, como evidencia un déficit por cuenta corriente de entre el 8,5% y el 9% del PIB. Tiene un sector financiero ineficiente, problemas en el sector del transporte, el sector financiero, el mercado de trabajo... Todas esas medidas que no se han adoptado en los últimos 10 o 15 años se tienen que adoptar ahora y cuanto antes. Pero para eso es necesario un Gobierno con un mandato político fuerte, y no está claro que se vaya a conseguir en junio. Si se consigue, Portugal no es un caso claro de reestructuración soberana; pero si no, es muy difícil.

Antonio García Pascual, el pasado viernes en Madrid.
Antonio García Pascual, el pasado viernes en Madrid.SANTI BURGOS

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.
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