El examen de acceso al Bachillerato de excelencia se celebrará en julio

La última propuesta educativa de la Comunidad de Madrid, bautizada como Bachillerato de excelencia, ya tiene sede y fecha de examen. El colegio San Mateo (Chueca), que en la actualidad sirve para albergar a alumnos cuyos centros están en obras, acogerá, si el PP gana las elecciones, al centenar de alumnos que voluntariamente se presenten a una prueba de acceso prevista a mediados de julio.

El examen no será algo nuevo: se aplicará el modelo al que se someten los aspirantes a los Premios Extraordinarios de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) implantado desde 2008 para los alumnos de último curso, según han confirmado fuentes de la Consejería de Educación a EL PAÍS. El temario se centra en lengua, matemáticas y segundo idioma.

La Comunidad de Madrid elegirá al director del nuevo centro

Se busca un docente de Secundaria y universidad "con méritos acreditados"

Estos son algunos aspectos nuevos del polémico anuncio que lanzó la presidenta Esperanza Aguirre el pasado martes. La propuesta, que ha levantado una gran polvareda política y ha abierto el debate, supone seleccionar a un grupo de estudiantes con al menos un ocho de nota media para agruparlos en un centro propio, con profesores también seleccionados y un plan de estudios diferente. PSOE, IU, sindicatos y asociaciones laicas de padres de alumnos han puesto el grito en el cielo frente a una propuesta que consideran "segregadora" y "electoralista". Incluso el Ministerio de Educación, poco dado a entrar en las decisiones propias de las comunidades, advirtió de que este sistema puede conllevar la creación de guetos y poner en peligro la socialización de los estudiantes.

El examen para acceder al proyecto piloto de Aguirre -que prevé empezar con cuatro clases de 1º de Bachillerato y un centenar de alumnos- es voluntario. Además de un ocho de nota media, los aspirantes deberán haber obtenido al menos un siete en la prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables (CDI) a la que Educación somete a los estudiantes de 3º de la ESO. Hay unos 3.000 candidatos que cumplen estos requisitos, según estimaciones de Educación, de los que unos 1.600 se presentan al premio anualmente.

La orden que regula la convocatoria de los Premios Extraordinarios de la ESO, fechada el pasado 10 de marzo, regula la celebración de un examen con tres ejercicios. El primero versa sobre contenidos de Lengua Castellana y Literatura, Ciencias Sociales y Geografía e Historia. El segundo es de Matemáticas, y el último incluye un cuestionario cultural, literario o gramatical de la primera lengua extranjera del alumno. Hasta ahora esta prueba servía para seleccionar a la veintena de premiados anuales. Ahora la lista correrá hasta el centenar de alumnos previstos en el proyecto.

Educación no ha cerrado aún cómo extenderá el modelo si decide continuar con el plan piloto en cursos posteriores. Lo único seguro, según fuentes de la Consejería, es que este primer grupo -separados en las modalidades de Ciencias y Tecnología y Ciencias Sociales- acceda también al segundo curso de Bachillerato en este régimen especial.

La Comunidad de Madrid elegirá al director del centro, que entrará en comisión de servicio como ocurre cada vez que abre un instituto nuevo, aseguran desde la Consejería. Ya están barajando candidatos. Buscan el perfil de un profesor de Secundaria que también sea docente universitario "con méritos académicos acreditados", según la citada fuente.

El director, cuyo nombre se anunciará previsiblemente en mayo, seleccionará a su equipo directivo. No se ha cerrado cómo se elegirá a la quincena de profesores que darán clases a estos chicos de expediente brillante. Los seleccionados recibirán un suplemento en su sueldo equivalente al complemento de especial dedicación que reciben algunos docentes por impartir enseñanza bilingüe o programas de innovación. La horquilla oscila entre 130 y 214 euros mensuales.

La tercera pata de la propuesta es el plan de estudios. La previsión es reducir las asignaturas optativas e incluir aspectos como la celebración de más exámenes y exposiciones orales o replantearse el papel de las pruebas escritas.