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Análisis:ANÁLISIS | La crisis del euro
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La inflación engaña dos veces

Juan Ignacio Crespo

El BCE subió ayer el tipo de interés oficial al 1,25%. La última vez que había anunciado algo parecido fue en junio de 2008. El día aquel, el precio del barril de brent estaba en 127 dólares, tan solo cinco dólares más barato que ahora. En aquel momento ni el BCE ni nadie sabía que los precios del petróleo iban a subir casi 20 dólares en un mes para luego desplomarse. Ni que la recesión de la economía norteamericana se había iniciado medio año antes.

Lo que sí sabía el BCE es que desde un año antes los mercados de capitales sobrevivían con respiración asistida (desde agosto de 2007 el BCE tuvo que inyectar cantidades ingentes de dinero); que uno de los bancos de inversión norteamericanos, Bear Stearns, había quebrado tres meses antes por causa de las hipotecas subprime; que las compañías de seguros monolines se tambaleaban... todo apuntaba a la catástrofe que finalmente se produjo tres meses después. ¿Por qué subió los tipos entonces? Por miedo a una inflación provocada por los precios de la energía y de los alimentos que no tardó en evaporarse.

¿Será este el segundo paso en falso del Banco Central Europeo? No tardará en saberse
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Casi tres años y una recesión después da la impresión de que la inflación le ha vuelto a jugar una mala pasada. Al BCE le asusta el que la inflación conjunta de la zona euro esté en el 2,6%, cuando lo que quiere es que esté justo por debajo del 2%, y sin que le sirva de consuelo que la inflación subyacente esté rondando el 1%.

Sin embargo, con las dificultades que empresas y particulares tienen para acceder al crédito, es casi imposible que pueda acelerarse la inflación; de hecho, la oferta monetaria en la eurozona está creciendo a un ritmo del 2%, muy por debajo de lo que le sería propio. El desempleo y la aceptación de rebajas salariales no parecen tampoco el ambiente adecuado para que se desate la temida espiral incremento de precios-salarios-precios... Además, hay mucha capacidad instalada en la economía que está aún sin utilizar (aunque habrá quien argumente que parte de esa capacidad sobrante se ha vuelto obsoleta en estos años). Y todo ello en un contexto de anémica recuperación económica que ha necesitado de enormes estímulos en todo el mundo para ponerse a funcionar. Y en el que el fortalecimiento del euro desde junio pasado le estaba haciendo al BCE el trabajo de endurecimiento de la política monetaria. Por no mencionar la merma del poder de compra de los consumidores que provoca la subida de precios de la energía.

En EE UU tienen esto tan claro que aún mantienen parte de los estímulos. Y lo tenían tan claro en 2008 que, para la fecha en que el BCE subió los tipos, la Reserva Federal ya los había bajado 3,5 puntos. No hace falta decir quién estaba en la senda adecuada. ¿Será este el segundo paso en falso del BCE? No tardará en saberse.

Juan Ignacio Crespo es director en Thomson Reuters.

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