Masiva fiesta universitaria en la zona Volvo de Alicante
Los asistentes se quejan de la falta de áreas de sombra y lavabos, y la mayoría opta porque la fiesta de las paellas regrese al campus
Unos 13.500 universitarios participaron ayer en la primera Fiesta de la Primavera que se celebra en la zona Volvo del puerto de Alicante, cuyo aforo es de unas 15.000 personas. Un evento, organizado por el Consell d'Alumnes de Alicante, que sustituye a las tradicionales paellas. La fiesta sirvió de termómetro para rescatar la propuesta de habilitar este espacio para practicar botellón. "La Volvo debe ser un botellódromo, cada fin de semana ir corriendo de un sitio para que no pille la policía es un rollo", admitía resignado Pepe Igualda, de 20 años y estudiante de Trabajo Social.
La mayoría de los asistentes, que pagaron una entrada de cinco euros para acceder al recinto, se mostraron satisfechos con la iniciativa. Aunque también hubo críticas por la falta de zonas de sombra, la escasez de lavabos y la poca comida. Debido al calor, a media tarde unos camiones cisterna se encargaron de refrescar a cientos de jóvenes que bailaban y bebían. Fuentes de la organización destacaron la ausencia de incidentes graves, aunque se registraron varias lipotimias, intoxicaciones etílicas y algunas heridas por caídas que iban siendo atendidas en un hospital de campaña.Nuria y Vanesa, que estudian tercer curso de Administración y Dirección de Empresas (ADE) no llegaron a tiempo para probar la paella. Pero traían bebida de casa en botellas de plástico, y "el hielo lo venden a 2 euros, el negocio es redondo". Los vasos también se vendían con una anilla para colgarlos del cinturón.
Para los alumnos ajenos al campus de Alicante la fiesta fue un poco cara: tuvieron que pagar 8 euros por entrar. Este grupo de estudiantes también se quejó de la falta de carpas o zonas de sombra. "Me he quemado como un pollo, estoy roja", aseguró una de ellas.
La fiesta arrancó a media mañana y se prolongó hasta pasadas las once de la noche. José Medina, alumno de ADE, prefiere que las paellas sean en el campus. "Allí podemos coger directamente los autobuses para volver a casa", dijo este estudiante de Benidorm. Los alumnos lucían diferentes camisetas diseñadas para la ocasión. La de este de ADE decía Yo seré quien te saque del paro. Unas amigas preguntaban por la Explanada dónde coger el autobús para ir a la universidad para poder subir a otro bus y regresar a Alcoi. "Sería mejor tener el bus directo", dijo Eva Ramírez. Tania y Nuria, estudiantes de Trabajo Social, y Josele, alumno de Informática, también prefieren el campus. "Allí es más universitario, aquí viene gente que no lo es", se lamentaron.
Varios alumnos coincidían en criticar las exigencias de los guardas de control de acceso. "Las bolsas han de ser recicladas, todo de plástico, hasta los tapones, te registran todo", comentaba David, un alumno de Historia en Alicante. Precisamente, fuentes de la empresa Babalu Group explican que pretendían que fuera una fiesta "ecológica" en la que los jóvenes se familiaricen con el reciclado.
En el recinto se establecieron medidas de seguridad, con un efectivo de 15 guardias, y en el hospital de campaña 14 sanitarios, con tres ambulancias preparadas. Hasta las seis de la tarde, según la empresa, solo se registró un desplazamiento al hospital, y se atendieron algo más de una docena de intoxicaciones. También se habilitó un perímetro de seguridad de 20 metros para evitar caídas al mar.
Pero los hoteles de la zona, con 800 plazas, criticaron la autorización de este acto que daña la imagen turística. Un portavoz de la dirección de hotel Meliá aseguró que "al tratarse de una fiesta controlada, organizada y fuera del horario nocturno no ha generado serios problemas". Mucho más crítico se mostró, Domingo Luján, director del hotel Porta Maris: "Inaudito e inaceptable, no sé quién ha autorizado este macrobotellón y la mala imagen que estamos dando a los turistas". Luján lamentó que los tripulantes de Iberia que tenían previsto pasar la noche en su local cambiaron de hotel.
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