"Mi profesor me dijo que no estaba dotado para el cine"

La elección del restaurante Viridiana no es casual. La película que rodó Buñuel del mismo nombre en 1961 es la favorita del director de fotografía José Luis Alcaine (Tetuán, 1938). "Esto es absolutamente Viridiana", dice mientras señala con veneración las fotografías del filme que cuelgan de las paredes del local. "La película ya estaba bien fotografiada en su época, pero me hubiera gustado hacerla. Además, la comida aquí está buenísima", recalca tras posar para el fotógrafo.

Alcaine, que en 46 años ha hecho 125 películas, trabaja ahora en la nueva de Pedro Almodóvar, La piel que habito. Desde Mujeres al borde de un ataque de nervios llevan cinco películas juntos. Tiene una reunión con él después, por lo que no quiere comer en exceso: "Me cuido mucho, si no, con la edad que tengo, un rodaje, que son muchas horas y tensión y estar muy despierto, no lo aguantaría". Se decide por un plato único, pescado, pero la explicación del chef Abraham García sobre los platos del día hace que se le abran los ojos y acceda a compartir también una ensalada.

El director de fotografía acaba de recibir el Premio Ricardo Franco

Tras rechazar el pan, el trigo le sienta mal y no lo hay de centeno, Alcaine habla de cómo se trasladó a Madrid en 1962 desde Tánger, donde ya trabajaba en un laboratorio fotográfico, para estudiar en la Escuela de Cine.

El camarero sirve unos aperitivos, cortesía de la casa. El director de fotografía no se resiste y disfruta: "Si llega a avisar no pedimos la ensalada. Qué rico. Hoy no ceno". De la Escuela recuerda que el profesor de cámara "no acertó" con él: "¡Me dijo que no estaba dotado para el cine!".

Con la ensalada la conversación se dirige a uno de los temas candentes de la actualidad, Internet. Su gran preocupación: "Que parte del público se acostumbra a ver películas con grano y con el sonido mal... terrible".

Alcaine devora el plato principal con entusiasmo. El mismo con el que habla de lo nuevo de Almodóvar. "Es una gran película, me parece que va a sorprender porque es un viraje en la forma y en el tema de Pedro". "Yo estoy contentísimo", dice mientras saborea un trozo de batata. Alcaine es conocido por cuidar bien a las actrices con su iluminación, como hizo con Penélope Cruz en Volver, "con ese estilo Sofía Loren de los años sesenta". "En la nueva de Pedro, Elena Anaya esta guapísima", resalta. "La verdad es que ella me dijo al principio: '¡Tenía unas ganas de rodar contigo!'. Ya saben que me preocupo mucho. Se lo merecen. El público sigue agradeciendo que las estrellas salgan guapas".

De postre, melocotones al vino y trufas de chocolate. "Todo te lo puedes comer tú", dice apesadumbrado: "Yo querría, pero no puedo". Pero se le encienden los ojos al hablar del premio -lo recogió el martes- que le ha otorgado el Festival de Málaga, uno que le hace ilusión porque lleva el nombre de Ricardo Franco, "gran director de nuestro cine que desapareció prematuramente". Es un reconocimiento que se une a sus cinco goyas y al Premio Nacional de Cine y que le obliga a repasar su vida, algo que no le gusta: "No vale la pena mirar atrás, hay que hacer algo nuevo, enfrentarse con ideas nuevas".