La Naval cierra un convulso inicio de año con la firma del contrato para Jan de Nul

Construcciones Navales del Norte, la firma propietaria de La Naval, cerró ayer un trimestre convulso al firmar con el armador belga Jan de Nul el contrato definitivo para la construcción de un nuevo barco en el astillero vizcaíno, que le garantiza carga de trabajo hasta 2013. La construcción del barco se concretó el pasado mes de julio, pero hasta ahora, una vez que el astiellero cuenta con todos los avales financieros necesarios, no se ha podido cerrar de una forma definitiva.

El acuerdo se produce solamente cuatro días después de que la dirección y los sindicatos del astillero pactaran la aplicación de un tercer ERE en la factoría, que debe aún ser refrendado por los trabajadores, con una duración máxima de seis meses, de abril a septiembre, y cuyo objetivo, según la firma, es acompasar la situación de los 360 trabajadores de la plantilla a la construcción de este nuevo barco.

El nuevo barco aportará carga de trabajo hasta el año 2013

La firma pone fin además a un final del pasado año y un principio de este en el que afloraron todas las diferencias entre los socios que dieron lugar a la dimisión del anterior presidente de La Naval, Pedro Morenés, y al nombramiento de Juan Arana, director adjunto de Astilleros Murueta, como nuevo presidente de la Naval.

La dimisión estuvo directamente relacionada con el contrato que firmaron todos los socios, menos Knutsen, en el que a cambio de unos avales de 13,1 millones que faltaban para completar las garantías que exigía el armador belga, Ingeteam, que aportó esos avales, se quedaba en prenda con las acciones de todos los socios firmantes y además exigía liderazgo en la toma de determinadas decisiones relacionadas con la ampliación de capital y la entrada de nuevos socios, por ejemplo el Gobierno vasco.

La nave que se construirá en las gradas de Sestao es el barco minero Fallpipe & Mining, gemelo al Simon Stevin, construido también por encargo de Jan De Nul y entregado a principios de 2010.

El fallpipe 340, según ha informado la compañía que lo construirá, es un buque de "altísimas prestaciones, de naturaleza única en el mercado", destinado a la ubicación de piedras de mediano tamaño, hasta 32.000 toneladas, en el fondo del mar a través de una tubería guiada con una profundidad máxima de 1.700 metros.