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Catástrofe en Japón

Los japoneses reprochan al Gobierno falta de transparencia en la tragedia

El 58% de los encuestados desaprueba la gestión del primer ministro Naoto Kan

Los silencios y los errores cometidos por Tokyo Electric Power (Tepco), la empresa que opera la central nuclear de Fukushima I, se han sumado a las acusaciones de falta de transparencia de las que ha sido objeto el Gobierno del primer ministro, Naoto Kan, desde que comenzó la crisis atómica desencadenada por el terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo.

Según una encuesta publicada el domingo pasado por la agencia de noticias Kyodo, el 58% de los japoneses desaprueba la gestión del desastre de Fukushima por parte del Gobierno, aunque más del 50% ve de forma favorable los esfuerzos de rescate y ayuda a los afectados por la tragedia.

El Ejecutivo japonés ha sido criticado por no suministrar suficiente información sobre lo que ha ido ocurriendo en la central atómica, resultado, por un lado, de su tradicional falta de transparencia y, por otro, de que el propio Gobierno ha recibido en ocasiones la información con retraso de Tepco; hasta tal punto que, el 15 de marzo, cuando se produjo una explosión en la central, Kan exclamó "¿Qué demonios está pasando?" por no haber sido informado hasta pasada una hora, cuando la noticia ya estaba en la televisión. El malestar en embajadas extranjeras, organismos internacionales y los propios japoneses por la falta de transparencia incrementó la presión sobre el Ejecutivo a medida que pasaban los días y fueron saltando nuevas alarmas, como las explosiones en la central, y la radiactividad en agua y alimentos. Tokio cambió el paso, y ahora es posible consultar los niveles de radiación por todo el país en páginas webs oficiales y hay ruedas de prensa y comunicados diarios del Gobierno y de Tepco.

La información es difícil de entender, demasiado técnica y carece de contexto
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Pero la reciente lluvia de información es demasiado técnica, carece de contexto y es difícil de comprender para un neófito nuclear. "La gente está tremendamente confundida. No se ha explicado de forma adecuada qué es la radiación. (El Gobierno) ha fallado en la comunicación", afirmó ayer en Tokio Robert Peter Gale, profesor en el Imperial College de Londres y uno de los mayores especialistas del mundo en cáncer, inmunología y radiación.

"La entrega, ahora, de datos minuto a minuto no ayuda a la población. En mis reuniones con funcionarios del Gobierno, les he dicho que necesitan establecer un consejo que explique qué significan todos estos datos", dijo en una rueda de prensa a su regreso de la zona de Fukushima. Gale, estadounidense, formó parte del equipo médico que trató a los afectados en la catástrofe nuclear de Chernóbil (Ucrania, 1986).

Antes de la catástrofe del 11 de marzo, Kan estaba sometido a gran presión por parte de la oposición para que convocara elecciones anticipadas, y los críticos dentro de su propio partido querían que dimitiera. Después, la presión se diluyó porque sus oponentes no querían dar la impresión de que aprovechaban el desastre para sacar ventaja política.

Pero la tregua se está evaporando. La dimisión de Kan podría despejar el camino a una coalición renovada y romper el punto muerto parlamentario en el que están sumidos los intentos para resolver los problemas de la falta de dinamismo económico y la gran deuda pública. Algunos analistas se preguntan si su sustituto -sería el sexto primer ministro desde 2006- lo haría mejor. El ratio de aprobación de Kan ha pasado del 20% a mediados de febrero a más del 28%.

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