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ESTA SEMANA | Elecciones municipales
Columna
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Cruzar el puente

"Cuando llegue a ese río, cruzaré ese puente", gusta decir el presidente andaluz, José Antonio Griñán, cada vez que los periodistas le preguntan sobre la posibilidad de pactar tras las elecciones municipales para acceder a determinadas alcaldías, como puede ser la de Jerez. Se trata de un recurso dialéctico que utiliza con cierta frecuencia y con el que elude mayor concreción en torno a futuras decisiones, tratando así de no anticipar cuál va a ser su actuación y la de su partido ante los distintos escenarios que se puedan dar. En el caso jerezano, en particular, está por ver si finalmente los socialistas decidirían alcanzar un acuerdo con Pedro Pacheco para conservar la Alcaldía. Conociendo el frontal rechazo a esta propuesta por parte de su titular y de nuevo candidata socialista, Pilar Sánchez, Griñán decidió no pronunciarse al respecto y posponer cualquier solución a la espera de que las urnas hablen, salvando así una situación realmente comprometida. Pero, si se tiene en cuenta esa animadversión de Sánchez hacia Pacheco, y viceversa, bien podría haber dicho más y descartar totalmente una alianza en este sentido; al no hacerlo, ha contribuido a que se generen ciertas expectativas nada favorables precisamente para las aspiraciones de la actual alcaldesa.

Griñán debe estar profundamente contrariado por cómo han transcurrido los acontecimientos en la considerada, por población, quinta ciudad de Andalucía. Con nula sintonía personal hacia Sánchez, dejó en manos de la secretaria de Organización, Susana Díaz, una salida al problema suscitado. Y, aunque siempre se mostró fascinado por la figura de Fustegueras, los hechos se han desencadenado de la forma menos adecuada para sus intereses, de ahí que ahora lo que toca sea esperar para, más tarde, tomar decisiones, por supuesto desde la dirección regional del partido, quiera o no la propia Sánchez, tal y como el mismo presidente se encargó de aclarar.

Pero, puestos a rechazar, al propio Griñán seguro que tampoco le haría mucha gracia, llegado el momento, tener que pactar con una IU que le obligara a transigir con el alcalde de Marinaleda y líder de la CUT-BAI, Juan Manuel Sánchez Gordillo. Tal y como vienen indicando los distintos sondeos electorales, que apuntan hacia una mayoría absoluta del PP, parece cada vez más difícil que se produzca esta circunstancia pero, por si acaso, aquel que durante meses estuvo cobrando dos sueldos oficiales, de maestro y de diputado de IU, por puro olvido, según dijo entonces, advierte ahora que exigirá a su formación que no pacte con el PSOE "ni con un gobierno socialista corrupto". Valderas, más prudente, apela, no al recurso del "puente" pero sí a la conocida frase de Julio Anguita de "programa, programa, programa", para no soltar prenda. Aunque, eso sí, le añadiría otra p, la del poder institucional. O sea, ¿con Gordillo de consejero?

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