El poder bien vale un divorcio
Queda abolido lo imposible. La pareja presidencial de Guatemala presentó el pasado día 11 una demanda de divorcio para que la esposa, Sandra Torres de Colom, pueda ser candidata en las próximas elecciones a la jefatura del Estado.
El artículo 186 de la Constitución prohíbe a los familiares del presidente, en este caso Álvaro Colom, hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, ser candidatos a la alta magistratura. Y Sandra Torres está en el primero de afinidad.
La petición del divorcio exprés o de mutuo acuerdo debería tramitarse en no más de un mes y los comicios están previstos para septiembre, con lo que la pareja aún tiene tiempo de casarse y descasarse varias veces. Y hay indicios de que en la decisión ha habido división de opiniones porque solo hace tres semanas el presidente dijo que "el divorcio no era una opción".
La candidata había anunciado el día 8 que se presentaría por el partido oficialista Unidad Nacional de la Esperanza para enfrentarse con gran probabilidad a un exgeneral, Otto Pérez Molina, de antigua afición golpista, que solo en los últimos años ha descubierto su verdadera vocación democrática. Pero ello no le impide ir por delante en los sondeos.
Tanto para Colom como para Torres era el segundo matrimonio, contraído en 2003, tras una relación que había durado seis años. Los cambalaches con las nupcias han sido habituales entre figuras de la realeza, pero no tanto entre civiles.
El sah de Persia, Mohamed Reza Pahlevi, fallecido en el exilio en 1980, se divorció en 1958 de la bellísima Soraya Esfandiary porque no podía darle hijos; y el último rey de Egipto, Faruk, desaparecido también en el exilio en 1965, se divorciaba directamente por capricho. Repudió a su primera esposa, Farida, para casarse con Narriman Sadek, y aún contrajo un tercer matrimonio con una cantante italiana.
Si Sandra Torres vence en los comicios, la pareja deberá sufrir cuando menos cuatro años de cuarentena matrimonial. Colom, que reviste la originalidad de ser sacerdote maya, siempre se ha declarado católico. Pero Guatemala bien vale un divorcio.
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