El candidato Trias siembra dudas sobre las finanzas del Consistorio

Xavier Trias (CiU) y Jordi Hereu (PSC) tuvieron ayer su primer cara a cara en la precampaña por la alcaldía de Barcelona. Ambos sacaron la artillería pesada. Y el convergente también recurrió al manto de la duda sobre una de las medallas que se cuelga el Ayuntamiento: la salud de sus finanzas, algo que avalan las agencias de calificación crediticia.

Durante el evento, organizado por el Grupo Godó, Trias aseguró: "[Las finanzas] no están bien. Estamos tutelados. La Generalilat nos ha obligado a hacer un plan económico para ajustar nuestro presupuesto". Hereu le respondió que no permitirá que repita en el Consistorio lo que Artur Mas hace en la Generalitat: decir que le han dejado la caja vacía.

La ciudad acumula deudas por valor de 1.200 millones de euros. Y para 2010, con la aprobación de la Generalitat, asumirá un déficit del 12,4%. Esto le permitirá, según el Ayuntamiento, invertir 300 millones. Es cierto que la deuda es el 60% mayor que un año antes y que desde 2007 no situaba sus deudas por encima de los 1.000 millones. No obstante, la cifra actual es más manejable que la del final de la última crisis. En 1995 llegó a rozar los 2.000 millones. El montante adeudado por Barcelona se traduce en 742 euros por habitante. La deuda de Madrid asciende a 6.453 millones. La inversión por habitante es, por el contrario, de las más altas entre las grandes ciudades. Según recogía ayer el Financial Times, Barcelona invirtió más de 350 euros per cápita, mientras que ni Madrid ni Sevilla ni Valencia llegaron a los 100.

Una portavoz del Departamento de Economía negó que haya una tutela especial sobre Barcelona más allá de la prevista por la Ley Reguladora de Haciendas Locales y la Ley General de Estabilidad Presupuestaria. Estas normas determinan que las comunidades autónomas deben autorizar el endeudamiento de las capitales de provincia. "Las operaciones de endeudamiento del Ayuntamiento de Barcelona están sujetas a este régimen de autorización especial que prevé la ley, pero eso no es sinónimo de intervención", aclaró la portavoz.

La semana pasada Moody's rebajó su calificación a la deuda barcelonesa de Aa1 a Aa2, algo así como de sobresaliente a notable alto. La inversión en la capital catalana sigue estando al mismo nivel que la deuda soberana española y muy por encima del que se otorgó a la Generalitat. Fitch, por su parte, le puso en noviembre a la deuda local la nota AA+, la segunda más alta.