Lo que Aguirre no vio

"Ah, sí, los de la educación pública, los de siempre, ya". Uno de los guardaespaldas de la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, habla al móvil a la carrera a dos metros de la jefa. "Y los de sanidad", añade. Encima de la estación de Las Rosas, decenas de personas esperan a la comitiva en la calle, donde también aguarda una de las cámaras de Telemadrid que graba la ceremonia en directo, una orquesta de 12 mariachis, que arrancan un tema nuevo cada vez que se abre la puerta, y una charanga. Estaba previsto que la comitiva subiera al exterior, pero se canceló.

"No vamos a salir, que están los bomberos", murmura la presidenta de la Junta Municipal de San Blas. Una portavoz de Transportes asegura que la subida se cancela "porque llueve". Pero en ese momento, en el parque exterior, que huele a abono, no cae una gota. Hay mucha gente y no toda aguarda para felicitar a los políticos. Están, efectivamente, los bomberos que reclaman mejoras al alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Y un grupo de madres del barrio que llevan ocho años pidiendo un instituto nuevo. Felipa Baz, que se pega a la valla a la espera de noticias, tiene el corazón partido. "He venido porque me gusta Esperanza, pero mis nietos irán pronto al instituto y hay que protestar". Y Balbina, que cuenta que se levantó a las cuatro de la mañana para hacer una pancarta a la presidenta. La cartulina tiene las letras muy juntas y rectas. Y dice: "Por ese encanto que dios te ha dao, tienes a los madrileños enamoraos". Balbina se queda con las ganas. Y también Rosalía Vicente, que ha pasado 15 días contratada como limpiadora para sacar lustre a las nuevas estaciones. El suyo es uno de los 600 empleos generados con la obra, según datos de la Comunidad. "Ha sido un trabajo muy corto, mañana voy al paro", se lamenta. Lleva la muñeca vendada. Asegura con cierto desprecio que es de trabajar "a toda prisa" -de siete de la mañana a ocho de la tarde con una hora para comer- " para que esta señora pudiera inaugurar su obra".