Los planes con más empleos desaparecen del discurso presidencial

Visto el éxito que tuvo su propuesta de mano tendida hace un año sobre territorio, cajas y demografía, ayer el presidente obvió proponer pactos concretos en el hemiciclo, donde se limitó a lanzar abstractos llamamientos a la unidad para reivindicar el valor de la política. Del discurso de 2010 también hizo desaparecer Feijóo sus optimistas referencias a la evolución del empleo.

En la página 14 de su intervención del año pasado, Feijóo loaba los efectos de "su plan de choque y medidas urgentes contra la crisis". Gracias a él, aseguró entonces, la evolución de la tasa del paro en 2009 subió en Galicia 0,7 puntos frente a 1,5 en la media española. Ahora que esa situación se ha dado la vuelta y que la comunidad es la que más parados suma en España, según la Encuesta de Población Activa, el presidente obvia cualquier comparación con la media nacional y se limita a presumir del diferencial que aún mantiene Galicia con la media nacional sobre el paro, inferior al que heredó a su llegada al Gobierno gallego. Galicia ya no es la comunidad que mejor capeó la crisis, como dijo el año pasado, si bien el presidente defendió ayer: "El estado de la Autonomía que presento es posible que otros Gobiernos lo aceptaran para sí".

Comparada con la del ejercicio anterior, la intervención del presidente dejó silencios clamorosos: ni una referencia al plan autonómico de empleo, que iba a invertir 1.300 millones de euros hasta 2013 y del que nada se sabe. Los beneficios del Plan de Acción Social, que iba a crear 10.000 empleos anuales, ya desde el ejercicio anterior, también han sido borrados de los folios. El objetivo de crear 4.500 plazas de guardería hasta el final de la legislatura se mantiene entretanto. Las políticas para el sector acuícola siguen siendo hoy, como hace un año, ejercicios de futuro, como lo son las del eólico, si bien Feijoó repite que, una vez sancionado el concurso, los planes industriales darán para emplear a 14.000 personas con 6.000 millones de inversión. Fue la segunda promesa concreta de empleo, junto a los 23.000 puestos de trabajo que pretende crear con un plan de internacionalización de la economía pensado para incrementar en 3.000 millones las exportaciones gallegas. Todo, a través del Igape, que se reformulará para dejar de ser un repartidor de subvenciones y convertirse en "agente dinamizador de la economía gallega".