El retorno
Diez días sin ella han sido demasiados para sus fieles, que no hubieran soportado la cuarentena. De nuevo al pie del cañón, como Agustina, la presidenta más autónoma de las autonomías, Esperanza Aguirre, fue recibida el pasado lunes por las hermanas y hermanos de su cofradía en loor de multitudes, en un acto que hubiera sido irrelevante, de no ser por la fiesta sorpresa que le ofrecieron sus partidarios que celebraban su retorno a la vida pública, el apresurado fin de su convalecencia. Esperanza vuelve con un calendario de comparecencias momentáneamente reducido, los siete actos al día que la pizpireta presidenta acometía antes de la operación quedarán en uno o dos y por tanto sus seguidores verán también reducidas sus oportunidades de rendir pleitesía y de preguntarle en persona qué hay de lo suyo, y es que el personal anda incómodo y desazonado porque a estas alturas, a menos de tres meses de las elecciones, aún no se conocen los nombres que figurarán en la lista del PP a la Asamblea madrileña. Se supone que no habrá muchos cambios, pero la incertidumbre cunde entre los presuntos candidatos que no quieren quedarse fuera de la foto.
Esperanza ha tenido que bajar su velocidad de crucero en su autovía particular hacia el poder
Para su primera comparecencia posoperatoria, Esperanza eligió el ámbito de la sanidad pública, blanco preferente de sus ataques privatizadores y depredadores. Se trataba de presentar al público el "proyecto de reconocimiento de pacientes por su huella dactilar", un plan más burocrático que terapéutico que en otras circunstancias no hubiera suscitado tanto entusiasmo ni concitado tantas ovaciones, pero sus palmeros también querían ser reconocidos, identificados por la jefa entre las filas de los que hacían la ola a su paso y se disputaban un hueco para besar sus arreboladas mejillas, ya se sabe que los tratamientos de baba de caracol son estupendos para el cutis y los baños de masas ayudan a mantener el tipo en los momentos difíciles.
Sobre el mapa electoral del PP de Madrid soplan vientos de renovación en el oeste contaminado por las emanaciones del Gürtel. El último informe de la policía sobre la trama de Madrid, según contaba hace unos días este periódico, destapa la financiación ilegal del PP, olla podrida en la que se cocieron alcaldes, concejales y cargos de confianza de la Comunidad. Solo los que estén libres del pecado de poner la primera piedra en tanta mala obra, irán en las listas, pero la tarea de separar el grano de la cizaña, en Boadilla del Monte y en las urbanizadas riberas de la autovía A-6, resulta tarea ímproba y fatigosa porque son muchos y del mismo partido los que dejaron sus huellas dactilares y financieras en los papeles manchados por la corrupción. En Boadilla los populares pasaron la factura de muchos eventos especiales (Special Events, corruptos pero políglotas) a las concesionarias de la basura, al fin y al cabo todo iba a parar al mismo vertedero, al pozo negro en el que chapotean los reptiles y se nutren los escualos y en el que flotan muchos desechos orgánicos no reciclables. Ejemplo de reciclaje son sin embargo los manejos y subterfugios empleados por los cerebros de la trama para obtener beneficios anulando los malos olores de la putrefacción. Hay que leer el último informe policial sobre lo de Boadilla para apreciar en su justo valor las triquiñuelas contables de la organización: "Correa presta los servicios turísticos al alcalde a través de su empresa Pasadena Viajes, realiza las compras de prendas de vestir para González Panero mediante facturas emitidas a través de su empresa Special Events, anotando la indicación de facturar a Sufi por publicidad, al mismo tiempo que organiza los eventos del PP de Boadilla que cobra de las sociedades Sufi y FCC mediante cuatro facturas emitidas por Special Events por unos supuestos servicios prestados".
En el acto de representación de Esperanza Aguirre recuperada en la sede del Gobierno regional no hubo alfombra roja y los asistentes, incluida la jefa, se acomodaron en sencillas y funcionales sillas de plástico sin reposabrazos. No fue un evento especial, entre otras cosas porque Esperanza, como ella misma reconoció, no está todavía al 100%, y ha tenido que bajar su velocidad de crucero en su autovía particular hacia el poder y la gloria para ahorrar energía.
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