Cajas con fondo y algunos trasfondos
Mientras Zapatero y el sector buscan inversores, Gobierno y PP negocian contrarreloj
El carrusel de las cajas no para. Mientras el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hace apostolado de las entidades de ahorro por los emiratos árabes para comprometer fondos y emisarios de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) hacen lo propio por Extremo Oriente, en España se abren nuevos frentes de integración y se liman asperezas políticas entre el Gobierno y el PP.
Es en este punto en el que más se intensifica el foco. La vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, quiere tener a toda costa el respaldo del partido conservador para convalidar en el Parlamento el real decreto sobre la reforma del sector que aprobó el Consejo de Ministros del pasado 18 de febrero. El Gobierno parece contar, en ese sentido, con los grupos catalán y vasco, y eso es suficiente; pero ve necesario que se sume el PP. Para el Ejecutivo resulta muy importante contar con el apoyo del principal partido de la oposición para sacar adelante una reforma de tanto calado para dar imagen de país y atraer a inversores de todo el orbe. Además, también se trata de mantener una normativa que permanezca en el tiempo con independencia del partido que gobierne.
El PP se ha opuesto a la reforma casi por costumbre, pero también tiene sus razones. Se queja de que apenas se le consultó el contenido del texto de la reforma, lo que desde luego no ayuda mucho al consenso. Además, no le gustó nada la división entre cajas buenas y malas que, a su juicio, se hizo, ni de que no se primara a aquellas entidades que habían hecho el saneamiento.
No obstante, fuentes del PP aventuran que habrá acuerdo. De allanar el camino se han encargado específicamente el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, y el portavoz de Economía del grupo popular en el Congreso de los Diputados, Cristóbal Montoro, que ya han tenido varios contactos. Les gustaría tener un pacto antes del próximo jueves, 10 de marzo, fecha en la que el Banco de España tiene previsto hacer públicas las obligaciones de cada entidad (caja o grupo de cajas) y su exposición. Es decir, si tienen que cumplir un core capital (la ratio que mide el capital básico y las deudas contraídas por una entidad) del 8% o del 10%, según su solvencia sea mejor o peor, y que determinará si tienen mayor o menor premura para salir al mercado a buscar capital. Por cierto, esa circunstancia también ha obligado a adelantar el consejo de la CECA del 16 al 9 para analizar los avances y cerrar en lo que se pueda una posición conjunta.
Lo ideal es que lo hagan con un marco legal ya encarrilado con el mayor respaldo posible del Parlamento. En el trasfondo de todo ello laten las críticas de que el real decreto se haya convertido más en una suerte para resolver problemas territoriales y no tanto del sector financiero. La verdad es que en el proceso de reestructuración de las cajas han seguido tocando las teclas los partidos políticos, saltándose la premisa fundamental de erradicar su presencia privilegiada en los consejos de administración de las cajas, y en eso han tenido tanto que ver el PP como el resto de formaciones. Hay muy pocas cajas que se salven. Y eso, precisamente, no facilita la entrada de inversores. Los mercados examinan el entorno de la misma forma que lo hacen con las entrañas de las entidades, y si no ven las cosas claras es difícil que se arriesguen por mucho que el presidente y los responsables de la CECA recorran el mundo.
En ese sentido, los 450 millones de euros comprometidos por Zapatero en los emiratos (300 en Qatar y 150 en Dubai) parecen pequeños pellizcos. Esa cantidad, que iría a un fondo para invertir en las cajas, no es muy significativa; pero, como dice una fuente relevante del sector, "todo es bueno para el convento".
En cuanto al road show que ha hecho durante toda la semana la delegación de la CECA encabezada por su director general adjunto, Jorge Gil, por Pekín, Singapur, Hong Kong y Tokio (por este orden), las primeras impresiones han sido bastante buenas. Entre los grupos con los que se ha reunido, que han demostrado tener un conocimiento muy exhaustivo del mercado español, figura ICBC, que abrió el 24 de enero su primera sucursal en Madrid y suscribió un acuerdo con la CECA sobre apertura de cuentas.
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