"Lo más difícil es la pausa"
José Manuel Pinto (El Puerto de Santa María, Cádiz; 1975) se fue al Barcelona para seis meses, pero decidió quedarse: lleva tres años y medio, está a punto de renovar su contrato -"el club tendría que matar a mi madre para no llegar a un acuerdo"- y el 20 de abril jugará su segunda final de Copa con él. Pero puede que hoy vuelva al banquillo, contra el Zaragoza, al recibir Víctor Valdés el alta.
Pregunta. Llegó para media temporada y lleva más de tres. ¿Son los seis meses más largos de la historia del fútbol?
Respuesta. Deben de serlo. Pero yo tenía fe. Sabía que verían cómo trabajo, cómo soy. Siempre me implico. Y eso da premios. En la vida recibes lo que das. Vine decidido a trabajar para quedarme, no a pasar seis meses. Acababa de nacer mi hija y no vino con un pan bajo el brazo, sino con la panadería y el panadero. Siempre he sido un luchador. Soy un trabajador. Creo en la actitud. Hay que tener paciencia. Todo lo que das te lo devuelve la vida.
"En el Barça me dan el balón para que lo devuelva; en el Celta, para que lo despejara"
"El guardameta debe ser valiente, con mucho carácter y muy responsable"
P. A estas alturas, ¿está en paz con el Barça?
R. No me lo he planteado, pero me siento muy afortunado. Sé que el vestuario me respeta y confía en mí. No trabajo para quedarme en el banquillo. Trabajo para jugar y estoy preparado. Me siento igual de importante juegue o no. La mentalización es diferente en los porteros. Somos diferentes. Viene con la profesión.
P. ¿Es más complicado jugar en estas circunstancias que cuando uno es el titular?
R. [Piensa] En verdad... [silencio]. Es complicado. Con los partidos ganas confianza. La continuidad es importante, pero, y hablo por mí, como la mentalización es diferente, es más intensa, el nivel de concentración es mayor que el que necesitas. Así que juegas más concentrado. La confianza la gano en los entrenamientos. La continuidad la tengo en los entrenamientos. Pero es verdad que, cuando no juegas, pierdes referencias de espacio. No es lo mismo un campo sin gente, sin luces, que un estadio lleno, con focos. Hay sensaciones que solo te dan los partidos. Yo sé que el Athletic, con Llorente, y el Mallorca, con Webó, van a buscarte arriba. Estoy prevenido ante la posibilidad de tener que salir por alto, pero meto el puño porque creo que es lo mejor. El portero no puede tener dudas. Debe ser valiente, con mucho carácter, y muy responsable.
P. Siempre se dijo que es un oficio de locos.
R. Es que la valentía es osadía. Debe ser valiente, no temerario.
P. En Valencia hizo un control... ¿temerario?
R. ¿Lo dice por una jugada en la que parece que le voy a pegar y acabo dándosela a Abidal? No es valentía. Es que en ese momento venían Soldado y otro. La primera opción es golpear la pelota, pero veo a Abidal, que se abre, y se la doy.
P. En esa acción, sin estar en el Barça, ¿le habría pegado?
R. Seguro. Pero porque los centrales no se abren como en el Barça. En el Celta me la daban para que despejara. Aquí me la dan para abrirse y que se la devuelva. Si no tienes a quien dársela, le pegas. Trabajamos situaciones que te reclaman los partidos. Los ejercicios con los pies son tan importantes o más que los de tirarnos. Lo más difícil de aprender en el Barça es la pausa para que los compañeros se muevan. Debes dar tiempo a que se ofrezcan los centrales y verlo. Mientras tanto, ves que el delantero viene... ¡a por todas! La máxima dificultad es dar esa pausa para el defensa.
P. ¿El paradigma de eso es la final de Copa contra el Athletic?
R. Puede ser un ejemplo. Pero pasa en todos los partidos. Contra el Valencia, venía Mata que se las pelaba. El campo estaba seco, con lo que aumentaba el riesgo porque el balón no llegaba nunca y el delantero cada vez te cerraba más. A Víctor [Valdés] le pasa muchas veces.
P. ¿Se ha planteado que en Mestalla, el 20 de abril, le pasara con Cristiano Ronaldo?
R. Mi presente es el entrenamiento que me toca.
P. ¿Qué le gusta de ser portero?
R. Todo. Siempre quise ser portero.
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