"El Gobierno ningunea a las Diputaciones"
La diputada de Cultura de Vizcaya, Josune Ariztondo, trabaja en un amplio despacho con muebles modernos y pinturas contemporáneas. Los enfrentamientos con el Gobierno vasco determinan la actividad de su departamento en el último tramo de la legislatura.
Pregunta. Los partidos le pidieron en las Juntas Generales consenso en el seno del Consejo Vasco de la Cultura. ¿Resulta posible alcanzarlo entre nacionalistas y no nacionalistas en la elaboración de un plan estratégico así?
Respuesta. Depende de sobre qué cuestiones se plantee. Ya en la primera ronda de aportaciones, las Diputaciones planteábamos una lectura compartida del marco teórico y, entre tanto, trabajar la parte operativa del plan, los programas y actuaciones. La respuesta fue entonces, rotundamente, no. Y sin embargo, a día de hoy, la oferta es esa. El consenso es posible, pero en cuestiones de política cultural, donde entran las ideologías en liza, será más complicado. Cuando nosotras [las tres diputadas de su cartera] hacemos 300 aportaciones [al Contrato Ciudadano por las Culturas] buscamos el acuerdo. Hay otro tipo de cuestiones que no tienen que ver con la ideología, como las iniciativas legislativas, que ni siquiera tienen plazo, y la financiación por parte de otros seis departamentos del Gobierno o en el papel de las Diputaciones. Hay seis epígrafes [en el borrador del Contrato] para los departamentos del Gobierno, y eso significa un rango teórico, y hay solo un epígrafe breve para Ayuntamientos y Diputaciones. Se hace una división que yo diría que es un agravio político para las Diputaciones. No son elementos que tengan que ver con la ideología, sino con el reconocimiento que se les debe a las instituciones.
"Es inequívoco: el Guggenheim no es la opción del Gobierno"
"Preparar la renovación del convenio es tarea de los Ejecutivos"
P. ¿Ha habido receptividad?
R. Está claro que no ha habido receptividad. Entiendo que si la hubiera en las formas y, sobre todo, en el fondo no hubieran ocurrido cosas que tienen que ver con estilos de trabajo y con talantes. Yo pedí en el pleno de diciembre que el Gobierno tomara en consideración que el consejo se llamara Consejo Nacional Vasco de la Cultura. El acta no lo recogió.
P. ¿Qué cree que significa?
R. O no saber cuál debe ser una relación cordial interinstitucional o que las cosas se hacen por aquí pasó María.
R. La imagen que se traslada es que hacen oposición entre instituciones.
R. En absoluto hay intención de hacer oposición. Yo tengo dos sensaciones: un Gobierno paralizado y perdido entre papeles y un Gobierno que ningunea a las instituciones que piensan diferente. Diferente, pero con vocación de acuerdo. Ahí está la gracia, en llegar a acuerdos entre diferentes, pero las aportaciones se paralizan y ves que eres ninguneado como institución. Deriva de un espíritu que dice aquí mando yo y se hace lo que yo digo.
P. En la Sociedad Tenedora, la que compra las obras de arte del Guggenheim, el Gobierno y la Diputación acordaron el pasado lunes la aportación económica después de mantener posturas enfrentadas.
R. No. Es más una imposición que la Diputación no tiene otro remedio que aceptar para evitar un mal mayor, que era una ampliación de capital cero.
P. ¿En la actual situación económica supone un mal mayor no invertir en obras de arte?
R. Sí. Se trata de invertir en obras para el Museo Guggenheim, que tiene un efecto tractor importante. En épocas de crisis se supone que la disminución de recursos debe rebajar el gasto corriente o las subvenciones antes de bajar inversiones de programas tractores. Si aplicas una disminución del 47% en la aportación, como hizo el Gobierno, significa que no es un proyecto estratégico para ti. No es la única señal que han dado, pero es inequívoca: el Guggenheim no es su opción. ¿Por qué impiden que la otra institución lo haga? Estábamos dispuestos a aportar más. El PSE pedía desde la oposición que se cambiara el reparto al 50% en la Sociedad Tenedora.
P. ¿En qué términos se debe preparar la renovación del convenio con la fundación Solomon R. Guggenheim?
R. Cualquier planteamiento estratégico debe hacerse en el Patronato del Guggenheim. Es tarea de los Ejecutivos, que en este caso son dos [Gobierno y Diputación], preparar el tema. Lo primero es hablar con los socios y no someternos a los vaivenes de una ponencia. En todo caso, el Parlamento debía haber solicitado el análisis al museo.
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