Daniel Ortega se proclama candidato de los sandinistas
El presidente nicaragüense aspira a una reelección inconstitucional
El exguerrillero sandinista y actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, fue ungido el sábado como candidato presidencial por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) para participar en las elecciones generales previstas para el 6 de noviembre. Se trata, según analistas políticos, de una candidatura ilegal, porque la Constitución nicaragüense prohíbe la reelección continua, aunque el presidente cuenta con un fallo de la Corte Suprema que declaró inaplicable para Ortega esa prohibición constitucional.
Ortega aceptó la candidatura en la convención nacional del FSLN celebrada el sábado en Managua, en la misma plaza de la Revolución en la que hace 32 años entraron triunfantes los guerrilleros que derrotaron a la dictadura somocista. Fue un acto montado a la medida del caudillo sandinista, en el que los delegados aceptaron por unanimidad la candidatura de Ortega, la única dentro del Frente Sandinista. "Esta no es solamente una batalla de Daniel, es una batalla de todos nosotros", dijo Ortega, quien incluso declamó poemas de Rubén Darío. Esta es su sexta candidatura presidencial desde 1984. La proclamación del sábado marca el continuismo en las filas del FSLN.
El líder del FSLN controla su partido, el órgano electoral y la Corte Suprema
Dora María Téllez, histórica comandante de la revolución y disidente del FSLN, dijo que la candidatura de Ortega es ilegal, dado que el artículo 147 de la Constitución prohíbe la reelección continua. "Si finalmente el Consejo Supremo Electoral la inscribe, van a ser ilegales los votos que caigan ahí y van a ser refutables como nulos. Esa candidatura es inaceptable nacional e internacionalmente, porque es el fraude más grande que se está cometiendo en estas elecciones", dijo Téllez.
El Frente Sandinista tendrá que inscribir la candidatura de Ortega ante el Consejo Supremo Electoral el 9 de marzo, tal y como establece el calendario electoral. La inscripción no está exenta de controversia, no solo porque la candidatura está prohibida constitucionalmente, sino porque el mandato de los magistrados electorales venció hace un año. Ortega lo prorrogó de facto con un polémico decreto en 2009, usurpando las funciones de la Asamblea Nacional.
Ortega no solo controla el órgano electoral, sino también la Corte Suprema de Justicia (CSJ), cuyos magistrados declararon inaplicable en el caso del mandatario la prohibición constitucional de reelegirse. El fallo del Supremo, considerado ilegal por la oposición, es la única opción de Ortega para participar en las elecciones, ya que fracasaron sus intenciones de reformar la Constitución.
Ortega se enfrentará al expresidente Arnoldo Alemán, condenado a 20 años de cárcel por corrupción y más tarde liberado por un cuestionado fallo del Supremo. Alemán ha pedido disculpas y una nueva oportunidad al electorado. Según las encuestas, el expresidente cuenta con una intención de voto del 23%, mientras que la de Ortega es del 36%.
El otro contrincante fuerte de Ortega es el empresario radiofónico Fabio Gadea, de 79 años, quien encabeza la coalición Unidad Nicaragüense por la Esperanza, conformada por partidos liberales, de centro y centro-izquierda, que aspira a repetir el escenario electoral de 1990, cuando otra gran coalición política, la Unión Nacional Opositora (UNO), encabezada por Violeta Chamorro, derrotó en las urnas a Ortega y el Frente Sandinista en un duro contexto de guerra civil.
Gadea, católico y conservador, comparte fórmula presidencial con Edmundo Jarquín, abogado de centro-izquierda.
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