La Junta andaluza pagó los salarios de una empresa de Pimentel
Taller de Libros estaba en concurso de acreedores pero recibió 300.000 euros
La Junta de Andalucía pagó en 2009 los salarios atrasados de la empresa Taller de Libros, que presidió el exministro de Trabajo del PP Manuel Pimentel (1999-2000), con 300.000 euros del fondo de ayudas a empresas en crisis, tildado de "fondo de reptiles" por el ex director general de Trabajo Javier Guerrero, (PSOE), que luego se desdijo.
La subvención se concedió como ayuda directa a los trabajadores, pese a que Taller de Libros ya se encontraba en concurso de acreedores y había comenzado a liquidarse a finales de ese año. La Consejería de Empleo incluso sugirió a los trabajadores que se asociaran para recibir el abono al margen de los administradores.
La Junta mantuvo durante una década un criterio arbitrario para conceder las ayudas a empresas en crisis. Taller de Libros es un ejemplo de las beneficiadas por este fondo, que al margen de los expedientes de regulación de empleo (ERE), utilizó más de 60 millones para empresas, pero también para Ayuntamientos, fundaciones y empresarios autónomos.
La sociedad recibió el dinero de un fondo público para empresas en crisis
"Los ERE no me preocupan tanto. El problema vendrá cuando investiguen las ayudas directas a empresas". La frase de un ex alto cargo de Empleo que pide el anonimato subraya el temor a que la transparencia afecte a estas ayudas, procedentes del mismo fondo de 647 millones usado para subvencionar los ERE. La diferencia es que mientras sobre los ERE existían controles como la Inspección de Trabajo, que en ocasiones fallaron de manera estrepitosa al no detectar los intrusos, estas ayudas directas carecían de ojos que vigilaran el dinero.
El ex director general Juan Márquez concedió los 300.000 euros como "ayuda sociolaboral a los trabajadores" de Taller de Libros, empresa de la que Pimentel poseía un 6,7%. Al estar en concurso de acreedores, si la sociedad hubiera recibido el dinero este se habría entregado a los acreedores.
"En teoría, el dinero era para la empresa, pero fue directamente a una cuenta de los trabajadores para ayudar en las nóminas atrasadas", subraya Pimentel. Cuando la administración concursal comenzó a liquidar la empresa a finales de 2009, los trabajadores cobraron sus salarios atrasados, menos los 300.000 euros de la subvención. Por tanto, Taller de Libros fue beneficiario indirecto de las ayudas.
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