Ya no va más para el Sevilla

La cara de José Mourinho se ve en cada parada de autobús de Oporto, donde el Sevilla buscará hoy remontar un 1-2 para seguir vivo en la única competición en la que aún tiene opciones, la Liga Europa. Para ello necesitará una buena dosis del carácter competitivo que emana del entrenador del Madrid y la vuelta a una grandeza en su juego que hace tiempo que no destila. En realidad, todo comenzó a torcerse para el Sevilla cerca de Oporto, cuando perdió (1-0) con el Braga en la previa de la Champions.

"Nadie nos puede quitar la ilusión. Esperaba un Oporto superior y no lo es. Técnicamente, somos mejores y lo debemos demostrar desde el primer minuto". Las palabras de José María del Nido, el presidente del Sevilla, suenan al enésimo intento de aguijonear a un equipo que no ha cumplido hasta ahora con las expectativas. Preparado para pelear por la Liga de Campeones, resulta que es séptimo en la Liga, a 12 puntos del cuarto, el Villarreal, y cayó en las semifinales de la Copa. Así que en Portugal va a disparar su último cartucho.

Superado por la presión del banquillo y sin la confianza de Del Nido, Antonio Álvarez fue destituido tras la quinta jornada -esta semana ha trascendido que firmó una cláusula por la que, de ser echado, solo cobraría su salario hasta diciembre pese a tener contrato hasta junio-. El club dio entonces plenos poderes a Gregorio Manzano, al que se le permitió traerse un segundo entrenador, un preparador físico y otro de porteros. De la vieja guardia solo permaneció Javi Navarro. Respecto a los jugadores, ya no están Schillaci, quien se negó a jugar contra el Braga para irse al Arsenal, ni Chevantón. La apuesta por los medios italianos Guarente y Cigarini no funcionó y los defensas Cáceres y Alexis no han ofrecido todo el fruto deseado. Además, Manzano ya es fuertemente cuestionado por el entorno por la irregularidad del conjunto. A los actos de indisciplina de Romaric y Zokora se unieron las declaraciones de Cáceres acusándole de poner a sus "amigos" y de Luis Fabiano acerca de su "ciclo agotado". En medio de la marejada, una alusión de Del Nido en la prensa vasca al posible regreso de Joaquín Caparrós encendió el debate. El barco sevillista, acostumbrado a navegar en aguas tranquilas, comenzó a zozobrar.

La llegada en el mercado invernal de Rakitic y Medel, que han apuntado aspectos positivos, así como el triunfo sobre el Hércules tras seis partidos sin ganar han aliviado algo al Sevilla. Pero lo cierto es que en Oporto encara una final. "En la ida fuimos mejores en todo, salvo en el resultado". Palabras de Manzano, que tiene al cuadro en la séptima posición de la Liga, justamente en la que estaba cuando relevó a Álvarez.