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La Generalitat admite que las voladuras de la línea 9 causaron daños en siete pisos

GISA reducirá la cantidad de dinamita en próximas explosiones en Mandri

La dinamita utilizada para abrir el pozo de la estación de la línea 9 del metro junto a la calle de Mandri causó daños en al menos siete viviendas de la zona, según reconoce la Gestora de Infraestructuras de la Generalitat (GISA) en un escrito que el gerente del distrito de Sarrià-Sant Gervasi ha hecho llegar a los vecinos de la zona.

GISA admite que la explosión provocada el pasado día 15 -la "macrovoladura", como ya es conocida en el barrio- tuvo "efectos superiores a los previstos" porque algunas características del terreno, como "fracturas y fallas" de la masa rocosa no fueron detectadas. Pese a ello, la empresa pública asegura que los daños fueron "muy ligeros" y descarta que se haya podido provocar "cualquier daño estructural oculto". En el mismo escrito, GISA anuncia que reducirá la carga de dinamita que utilizará en las próximas voladuras.

La Generalitat sale así al paso de las críticas de los vecinos afectados, que acudieron el pasado jueves a una reunión con los representantes de la empresa pública y el distrito. La constatación de los daños se ha producido tras la visita de los técnicos a los inmuebles cuyos dueños habían reclamado, aunque está previsto que los informes detallados se elaboren en las próximas semanas tras una inspección más exhaustiva.

Para uno de los vecinos afectados, Francesc Llevat, arquitecto técnico, los daños que se han manifestado son solo un primer aviso de unos posibles defectos estructurales. Llevat asegura que la composición del subsuelo de la zona es de aluvión y que el sometimiento a vibraciones repetidas puede derivan en "asentamientos y compactaciones" en los fundamentos y acabar provocando grietas mayores.

Según el director del área técnica del Colegio de Aparejadores de Barcelona, Manuel Segura, a pesar de que las grietas no deberían entrar dentro de la normalidad de una obra, estas no tienen porqué indicar ningún daño estructural. De acuerdo con Segura, existen otras formas menos invasivas de desintegrar el granito que han encontrado en el subsuelo, a base de líquidos y materiales expansivos, aunque son "más caras y más lentas" y no aplicables en algunos casos.

Para el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, la decisión de reducir la carga de explosivos se debe a que en algunos momentos y tramos se superaron las previsiones de vibración, que estaban situadas en el nivel más bajo que marca la legislación (el correspondiente a zonas con edificios históricos), pero "siempre dentro de unos márgenes de seguridad extremos", aseguró un portavoz.

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