Sin pruebas científicas contra Del Valle
Los restos biológicos no vinculan a los acusados con la muerte de Mari Luz
Ni una prueba científica contra Santiago del Valle, el pederasta acusado de asesinar a la menor onubense Mari Luz Cortés en enero de 2008. Tras la comparecencia de 13 agentes de la Policía Científica de Huelva, Sevilla, Granada y Madrid en la quinta sesión del juicio celebrada ayer en la Audiencia de Huelva, se expusieron los resultados de las muestras extraídas del cuerpo y ropa de la víctima, de la vivienda de Santiago del Valle y del coche donde supuestamente se trasladó el cuerpo de la pequeña hasta las afueras de la ciudad. Aunque biólogos y químicos mencionaron "coincidencias" de fibras y cabellos entre acusados y víctima, ninguno vinculó de forma determinante a la pequeña con el pederasta ni tampoco con su hermana, Rosa del Valle, presunta coautora del asesinato, ni con la esposa de Santiago, Isabel García, libre de cargos desde 2009.
De esta forma, lo único que relacionaría a Santiago del Valle con la muerte de la menor es su propia confesión de los hechos, el 26 de marzo de 2008, en Cuenca, y la declaración de su hermana -ese mismo día- en la que afirmó haberle trasladado en su vehículo tras cargar en el maletero un carrito.
Los expertos tampoco pudieron concretar al tribunal el intervalo post mórtem, es decir, el tiempo que el cadáver estuvo expuesto a la actividad de insectos y otros agentes de la fauna y la flora. Esto se debe, según los testigos, a que algunas pruebas -una larva, por ejemplo- llegaron al laboratorio deterioradas y otras eran tan mínimas que no pudo extraerse el ADN. El análisis de crustáceos isópodos, sin embargo, sí reveló que estos son "compatibles" con el entorno acuático, en concreto con "marismas y aguas con sustrato fangoso". Otras indicaron, no obstante, que el cuerpo no habría estado sumergido completamente -o no todo el tiempo- porque "alguno de los insectos encontrados no sobreviven en el agua".
El misterio llegó a la sala con las especulaciones sobre el origen de un fragmento de cabello hallado en la falda de la menor y que mostraba compatibilidad genética con otro fragmento encontrado en el maletero del vehículo de Rosa del Valle. Si procediera de la misma persona, existiría una prueba científica que pondría en relación a la víctima con el vehículo.
Los expertos especificaron que el haplotipo obtenido (constitución genética de un cromosoma) se da en uno de cada 6.000 europeos, pero no pudieron afirmar con rotundidad que procedieran del mismo sujeto. En cualquier caso, de eso sí se mostraron seguros, los fragmentos de cabello no pertenecen a Santiago ni a Rosa del Valle ni tampoco a Isabel García. Lo que sí quedó claro en las tres horas de exposiciones es que las botas que supuestamente llevaba el pederasta el día de la desaparición de Mari Luz llegaron a los expertos tras haberse lavado "excepcionalmente". "No quedaban restos de nada", detalló un facultativo. Esto corroboraría la primera versión de Isabel García, cuando señaló cómo su marido, muy sucio, lavó aquel día su ropa y sus botas "varias veces".
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