Policías de tres países siguen buscando a las mellizas suizas

Agentes de Suiza, Italia y Francia continuaban ayer la búsqueda de las mellizas suizas Alessia y Livia, de seis años, que fueron secuestradas por su padre, Mathias Schepp, el 30 de enero en Saint Sulpice. Aunque este aseguró en dos cartas enviadas a su madre que las había matado a las niñas, la investigación no ha conseguido resolver el misterio. La última pista es un bolígrafo publicitario del ferri Marsella-Córcega, hallado por agentes italianos junto a las vías del tren en Cerignola, al sur del país, lugar donde se suicidó el ingeniero suizo. La policía científica lo está analizando en busca de restos de ADN de las niñas, para intentar confirmar si viajaron en el barco a Córcega como afirman algunos testigos.

El bolígrafo fue encontrado junto a los restos del navegador del Audi de Shepp. Según dijo ayer el fiscal de Foggia, Vincenzo Russo, el ordenador estaba roto en varios pedazos, pero los datos de la memoria podrán ser extraídos en unos días. En cualquier caso, a la luz de los últimos informes conocidos, la investigación parece estar estancada. Tras la reunión celebrada este jueves en Marsella entre los responsables italianos, franceses y suizos, trascendió que ni siquiera se descarta la hipótesis de que las gemelas no llegaran a abandonar nunca Suiza. Mientras tanto, se analizan unas muestras de sangre recogidas en una zona rocosa del norte de Córcega, y se han realizado búsquedas, sin resultado, en algunos pozos de la zona norte de Bastia.

El viernes se dio a conocer que el teléfono móvil de Matthias Shepp estuvo cerca de Lyon el 31 de enero, y el director del sitio web Swissmising informó ayer de que el hombre fue visto "en un aeropuerto francés". Además, se especula con la posible existencia de un supuesto cómplice, una mujer suiza de 27 años, llamada Katia Iritano, desaparecida de su casa el 27 de enero. Según ha afirmado su padre, la joven conoce bien Córcega porque vivió allí un mes.