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Crítica:DANZA | 'Coppélia'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Más musical que ballet

Calurosos aplausos y sentidas ovaciones remataron la entregada actuación del Víctor Ullate Ballet-Comunidad de Madrid, que presentó su versión de Coppélia la noche del miércoles en Barcelona. El público disfrutó de un colorista y vital espectáculo que no quiso perderse el actor Josep Maria Flotats, muy atento al escenario.

La compañía ha realizado ya su versión de tres ballets del repertorio clásico, Giselle, Don Quijote y Coppélia; sin duda, esta última es la menos acertada pese al éxito de público. La Giselle de Ullate es y será una de las mejores versiones en España. Como contrapartida, Coppélia, con coreografía de Eduardo Lao, es una obra superficial, más cercana a un musical que un ballet.

'Coppélia'

Víctor Ullate Ballet-Comunidad de Madrid. Dirección: Víctor Ullate. Coreografía: Eduardo Lao. Música: Leo Delibes. Diseño de vestuario: Pedro Moreno. Escenografía: Carles Pujol. Diseño de luces: Nicolás Fischtel. Teatre Arteria Paral·lel. Barcelona, 16 de febrero.

La frescura y atractivo que emana de la protagonista, la muñeca de cera, no encuentra en esta versión su equivalente. Añoramos la mezcla de ingenuidad y picardía que ofreció Roland Petit para Los Ballets de Marsella. La más célebre. Inolvidable. Es cierto que Lao ha querido huir del argumento que escribieron en 1870 Charles Nuitter y Arthur Saint-León, basado en un cuento de E. T. A. Hoffman, y crear una Coppélia más cercana al mundo actual y a las estéticas de películas como Star Wars y Metrópolis. Por ello sitúa los personajes en un laboratorio cibernético. Pero el coreógrafo carece de los recursos dramáticos necesarios y de la sutileza creativa que convierten a la protagonista en una auténtica heroína de un mundo robotizado.

Diana Miqueo, la bailarina catalana que la encarna, realiza una impecable interpretación técnica pero no llega al espectador: no hay fuerza dramática ni expresiva que dispare su baile. El vocabulario no es rico en frases coreográficas, pero sí en espectaculares développés y arabesques. La riqueza de registros de los personajes originales se diluye en manos de Lao. El enamorado Franz, el Doctor Coppelius y las amigas de Coppélia no tienen peso dramático.

Al Víctor Ullate Ballet-Comunidad de Madrid, con 22 intérpretes, se le hizo pequeño el escenario del Teatre Arteria Paral·lel por su entregado baile, si bien necesita unificar estilos para lograr una interpretación más homogénea. Destaca el magnífico trabajo de puntas del elenco femenino. El vestuario de Pedro Moreno, demasiado kitsch en el segundo acto, resta elegancia a la pieza.

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